Vuelven las frases memorables, en esta ocasión con la exposición de las dramáticas del capítulo 97 "Amores improbables" de "Los Hombres de Paco". En estas frases, se procederán a explayar algunos momentos de los más emotivos y tristes que hayan podido acontecer en el episodio, justo al contrario de los cómicos, que servían para exponer aquellos de más risa, que fueron expuestos en un artículo a parte de este.
A continuación, pinchando en "Leer más", podrán dar comienzo a la lectura de dichas frases dramáticas, incluyendo una voz en off.
La siguiente escena, comienzo del episodio, se trata de una voz en off hecha en conjunto por Curtis, Rita y Aitor, los tres en la sala de tiro preparándose para disparar a la diana, poniéndose sus respectivas gafas protectoras, y cargando sus pistolas...
Aitor: La real academia define la palabra imposible... como algo que no tiene facultad ni medios... para llegar a ser... o suceder. Y define improbable como algo inverosimil... que no se funda en una razón prudente
Rita: Puestos a escoger, a mí me gusta más la improbabilidad... que la imposibilidad... como a todo el mundo supongo
Curtis: La improbabilidad duele menos... y deja un resquicio a la esperanza..., a la ética
Aitor: Que David ganara a Goliat era improbable... pero sucedió
Rita: Un afroamericano habitando la casa blanca era improbable... pero sucedió
Curtis: Que los barón rojo volvieran a tocar juntos era improbable..., pero también sucedió
Aitor: Nadal desbancando del número 1 a Federer
Rita: Una periodista convertida en princesa
Curtis: El 12-1 contra Malta
Aitor: El amor..., las relaciones..., los sentimientos... no se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta hablar de amores imposibles... sino de amores improbables. Porque lo improbable es..., por definición..., probable. Lo que es casi seguro que no pase... es que puede pasar. Y mientras haya una posibilidad..., media posibilidad entre mil millones de que pase... vale la pena intentarlo
A la comisaría de San Antonio, llegan unas flores que transporta Rita. Esta, al ver a Povedilla, se dirige hacia él, para hacerle entrega de las flores...
Rita: Jose Luís, las flores estas que son para la Sarita, ¿por qué no se las das tú?
Povedilla: Eh... ¿Por qué-por qué no se las das tú? No, digo es que... (continúa al ver la expresión que adopta Povedilla, que no es precisamente agradable), que tú sabes que yo me acerco un poco a la- a la graminia y empiezo ahí a moquear como un tontolaba y...
Rita: No seas zangüango (interrumpiendo a Povedilla), hombre, que tengo que llevar esto al despacho del Mendez, corre, cariño (entregándole las flores a Povedilla, que las tenía encima de un carro con diversos objetos que debía llevar a los de Asuntos Internos rápidamente, y por eso andaba con tanta prisa...)
Povedilla: Bue-bueno (sin darle tiempo a despedirse de Rita. Kike y Curtis aparecen bajando por las escaleras en ese momento y manteniendo una conversación...)
Kike: Tío, que no tienes que llevarte a las dos cuñadas al campo a hacer un trío, Don Lorenzo te capa, Paco te capa y todo dios te capa
Curtis: Que no se trata de eso compañero
Kike: Sí que se trata de eso, Curtis, llevas derechando ("derechando" o algo parecido dice)fantaseando con un trío, es el puto sueño de tu vida en la academia
Curtis: ¿Tú quieres saber de verdad cuál es mi puto sueño? ¿Te lo cuento? (deja un folleto que había cogido bruscamente de las manos de Kike en la mesa) Pues Pepa, Pepa Miranda es mi puto sueño
La siguiente escena continúa a la anterior, teniendo lugar en la sala principal de la comisaría, entre Curtis y Kike, que están hablando de los sentimientos que profesa Curtis hacia Pepa...
Curtis: Me importa tres huevos los tríos, las fantasías o los cuartetos..., que yo lo que quiero es levantarme todas las mañanas media hora antes que ella y ponerle una baladita de Scorpions... y tostaditas recién hechas, eh, zumo de naranja que sé que le gusta, eso es lo que quiero. Si para conseguir todo eso la tengo que compartir con Silvia, con Angelina Jolie o con Esperanza Aguirre pues la comparto. Que ni me apetece ni sé como se hace pero lo hago, coño, que la quiero
Montoya: Curtis (le llama, acercándose a él. Curtis se levanta, ya que estaba sentado en una silla, y se dirige a Montoya)
Curtis: Inspector, que...
Montoya: (interrumpe a Curtis inmediatamente) Tú eres muy amigo de Rita, ¿no?
Curtis: Pues sí..., ya lo sabe usted
Montoya: Tan amigo como para... traicionar mi confianza y contarle lo que te dije de ella hace unos días, ¿no?
Curtis: Hombre, así... dicho así de-de-de pasada yo comenté... algo, sí, pero... (sin saber que mas decir para justificarse)
Montoya: Joder... Curtis, que me la has desbocado..., coño, que-que me ha metido mano delante de la plana mayor de Asuntos Internos. Joder, que me quiere hacer no sé qué con un sujetador colgante. Eh, y se me ofrece por activa y por pasiva
Curtis: ¿Y qué, y qué pasa con eso?, usted me dijo que anda pillao con ella, ¿no? (Montoya, contrariado por las palabras de Curtis, sale de allí sin dirigirle más la palabra a Curtis, pero visiblemente mosqueado)
En la sala de interrogatorios de la comisaría, Sara se halla sujetando una carta que le ha llegado junto con las flores que en ese momento tenía allí, puestas sobre la mesa. Sara abre la carta, y empieza a leerla, es de Lucas. La carta dice lo siguiente: "Hola, mi amor. Tengo dos noticias, una buena y otra mala. La mala: ayer me subieron el sueldo, casi el doble. La buena: renuncié. ¿Por qué es la buena? Porque si no, hubiésemos tenido que estar tres años más separados. Vuelvo contigo, mi niña, en ocho semanas, una por cada rosa del ramo. Lucas". Povedilla ya había leído el contenido de esta carta, y se queda observando apesadumbrado como la lee Sara. Decide entrar en la sala de interrogatorios a charlar del tema con ella...
Povedilla: Hola (cierra la puerta detrás suya para que no les escuche nadie, a no ser que alguien activara en la pre-sala el botón para escuchar lo que decían, pero en ese momento estaban completamente solos) (carraspeó) Mmmm... Bueno, no sé si... si tengo derecho a meterme en esto pero... Verás, cuando... cuando me enamoré de Rita... Eh..., llevaba siete años de relación con una chica de Palencia. ¿Lo sabías? (Sara le negó con la cabeza) Mariluz. Y estuve a punto de renunciar a Rita..., por seguir estando en una relación en la que ya no quería estar. Bueno, ahora... por... Rita y yo ya... ya... ya no estamos juntos pero... pero sé que si no hubiera apostado por ella no me habría perdonado nunca... No hagas algo de lo que te arrepientas toda la vida..., ¿vale? (Sara, bastante triste, le asintió con un gesto muy leve, casi inexistente, de la cabeza) (Povedilla, al salir de la sala de interrogatorios, abrió la puerta tan bruscamente, que se la llevó directamente a la cabeza, dándose un golpe del que se recuperó como bien pudo. Al salir, le estaba esperando Rocamora...)
Rocamora: Povedilla, el sub-inspector Moreno me dio esto para que... , dice que se lo custodies durante unas horas (haciéndole entrega de una bolsa)
Povedilla: De acuerdo. Gracias (le hizo un saludo militar y Rocamora marchó por donde vino) (Povedilla abrió la bolsa y en su interior se encontró un sobre. Abrió dicho sobre y se encontró con un fajo enorme de billetes de 500€. Al ver esto, Povedilla salió de la sala de interrogatorios a toda prisa, alarmado)
En la siguiente escena, Povedilla esconde en una taquilla de los vestuarios el sobre con el dinero. Nada más hacerlo, Curtis entra en los vestuarios y Povedilla se gira sobresaltado, pero por suerte no ha visto el sobre con el dinero por poco. Povedilla, girando contínuamente la llave de la taquilla en su dedo, y mirando a Curtis disimulando todo lo posible su nerviosismo, sale poco a poco de los vestuarios, mientras Curtis poco a poco se dirige a las taquillas. Cuando Povedilla sale de los vestuarios, Curtis fuerza la taquilla de Pepa con alguna especie de herramienta, algo como un destornillador, para meter un sobre con algo valioso en su interior, para que cuando Pepa abriera la taquilla, se encontrara con ello en su interior. De pronto oye a Pepa y Silvia hablando, y no tiene más remedio que dirigirse a uno de los baños a esconderse, cerrando la puerta, para que no vieran que no estaba alli en los vestuarios...
Silvia: ¡Pepa, esto es muy serio, y hay que zanjarlo ya! (cuando Pepa y Silvia hacen su entrada en los vestuarios. Silvia está claramente disgustada...)
Pepa: Ahora te parece serio, ¿no? Pues hace un rato te parecía divertido
Silvia: Bueno, me parecía divertido hasta que me metió la lengua hasta la campanilla (Pepa se asegura de cerrar la puerta de los vestuarios para que nadie del exterior de los mismos las oiga) Mira, Pepa, una cosa es que le mintieras (Pepa exhala un suspiro), que le dijeras que le querías porque se estaba muriendo. Y otra cosa es que lo eternizes. Pepa, es que está tan ciego que no se va a dar cuenta de que lo rehuyes. ¿No ves que es como un niño pequeño con un helado de dos bolas? Y lo peor es que no sabe que se le va a caer
Pepa: Joder... (dice, preocupada) Es que no sé como he dejado que las cosas lleguen hasta aquí. Es horrible, pero..., pero es que Curtis me da taanta pena... ¿Qué es eso? (refiriéndose al sobre que Curtis había metido segundos antes en la taquilla, y que Silvia había sacado de la misma) ¿Y ese sobre? (Silvia sacó el contenido del sobre. Le mostró a Pepa el sobre, donde se podía leer en la portada "Fin de semana para 3". Pepa se quedó sorprendida, y Curtis, en medio de una desolación terrible, salió del baño donde se hallaba metido, ahondando valor por unos momentos y quitándole de golpe el sobre y lo que había en su interior a Silvia, que lo hallaba sujetando)
Curtis: Nada, ese sobre no es nada (dijo, en un tono muy serio, mientras le quitaba el sobre a Silvia y salía de los vestuarios. Acabó tirando el sobre a la papelera...)
Mientras tanto, Montoya y Rita se hallan en medio de otra conversación, en la sala de café, tras una petición por parte de Montoya de aclarar sus sentimientos con Rita de una vez por todas, tras que esta se le estuviera insinuando a Montoya de todas las maneras posibles...
Montoya: Quería hablar contigo. De tí y de mí. Y de tu prima
Rita: De mi prima ni se preocupe usted, eh, que yo ya le he puesto los puntos sobre las ies. Hay que ver la zagala lo que me ha llegado a sorprender...
Montoya: Estoy enamorado de ella (interrumpiendo a Rita, soltándole esa noticia por sorpresa y dejando a Rita clavada en el asiento, incapaz de decir nada) No sé, a lo mejor en algún momento he estado... confuso. Y... lo reconozco, que me he sentido atraído por tí. No sé... si confundí el cariño, el afecto..., nuestra soledad. No lo sé, Rita. No lo sé, pero tú siempre estabas ahí. Y de repente se abrió esa puerta en mi cabeza y... cuando decidí cruzarla pues... pues apareció Marga
Rita: Pos que contenta se va a poner mi primica, ¿verdad? (disimulando su tristeza, sonriendo a Montoya) Porque ella también está muy enamorada de usted. Fíjese, que hasta me pidió que ahora cuando estaba de viaje le pusiera a prueba... No se lo tenga usted en cuenta. Es porque ella no ha tenido buenas experiencias con los hombres, sabe lo que le digo, ¿no? (Montoya asintió lentamente con la cabeza) Quería que me insinuara... pa ver... de que pasta estaba hecho usted. Las notitas..., el ovillo de los ojos..., el achuchón... Pero vamos, que ha superado usted la prueba con creces. Ya verá lo que nos vamos a reír... la nochebuena en casa de la Isabel, comiendo arroz con pavo. Porque si usted da a la familia... tendrá que saber que la nochebuena es sagrada, sale cena en casa de la abuela Isabelica (Montoya ve en ese momento a Don Lorenzo salir de su despacho)
Montoya: Bueno... Entonces... todo aclarado, ¿no? (Rita asiente con la cabeza, en un estado de pesadumbre) Pues si me disculpa tengo que ir a hablar con Don Lorenzo (Rita le asiente con la cabeza otra vez, como diciéndole que fuera sin ningún problema. Montoya se levantó y se marchó de allí, dejando a Rita allí, desolada...)
En casa de Paco, están este, Mariano y Aitor, intentando dejar al mafioso Fabriccio, que estaba muerto, impoluto para llevarlo a una reunión con sus compañeros de la banda, y que no se notara que Fabriccio estaba muerto...
Mariano: Ya está...Ahí..., niquelao (dice, tras terminar de limpiarle la cara todo lo posible al mafioso con una especie de espumidero que se usa principalmente para quitar polvo y este tipo de cosas) Paco, ándalo ya (o algo parecido dice, no logro entenderle del todo el mensaje de "Paco, ándalo ya" desgraciadamente...) ¿Qué te parece Aitor? Aitor (repitió, ante el silencio de este) Aitor, ¿dónde cojones estás, hombre? (le preguntó, ante la mirada perdida que tenía, mirando al vacío)
Paco: ¿Dónde coño va a estar, Mariano? En una ratonera... está Aitor. Y contigo y conmigo de comparsa. Tenemos que canjear uno de nuestros hombres po-po..., por un muerto, coño. Lo hemos secuestrado..., atado... a una argolla co-co-como si fuera una bestia... y lo hemos matado. Y e- y este hombre pues te-tendrá familia, amigos y-yo que sé
Mariano: Pa-pa-pa-Paco, ya, no-no te martilices más, ¿vale, eh?, ya está bien, cojones. Si hay algún culpable de esto aquí soy yo. (Paco negó con la cabeza, angustiado)Que sí, Paco, coño, que sí, que-que yo he sido el que ha insistido en que no lo llevemos a un piso franco, (Aitor se llevó las manos a la cabeza) el que ha colocado mal la argolla y se ha soltado. El-el que ha soltado las ratas, Paco, el que ha puesto los cepos qu-que le han pillado los pies. Me he cargado a martillazos la taza del water, yo, Paco, yo soy el culpable. Joder, Paco... (viniéndole algo a la cabeza de pronto),soy el actor intelectual de esta muerte. El intelectual y el material, Paco (en ese momento, recibe una llamada a su teléfono móvil. Lo saca de su bolsillo para averiguar quien es...)
Aitor: Tienen que ser ellos para decirnos el sitio del intercambio. ¿No lo vas a coger? (dice, al ver a Mariano sin reaccionar) Mariano, tu no has matado a nadie. Esto ha sido un puto accidente. Paco, Paco, aunque... sea el mayor lío en el que nos hemos metido... (se levanta de donde estaba sentado y mira a Paco, dejando el vacío atrás) vamos a tirar pa'lante. Así que coge el teléfono (Mariano sigue sin reaccionar y no coge el teléfono ni nada, se halla inmóvil en el sitio, ensombrecido por el dolor de la culpa) Paco, Ma-Mariano, escuchad, vamos a salir de esta, ¿sabes por qué? (dirigiéndose a Paco) Por Nelson. Porque Nelson es uno de los nuestros y nosotros lo hemos metido ahí dentro, así que nosotros lo vamos a sacar de ahí dentro, coño. Vamos a ver, yo no-yo-yo no puedo coger el teléfono porque reconoce mi voz. Si no cogéis el teléfono Nelson está muerto. Es así de simple. (Paco avanzó hacia Aitor y le dio una palmadita en la cara a Nelson agradeciéndole sus impulsos porque él y Mariano recuperaran el ánimo. Acto seguido, cogió el teléfono móvil de Mariano, que este se lo estaba prácticamente ya tendiendo a Mariano, y aún seguía sonando, y contestó a la llamada)
Paco: ¿Sí, digame? Buenos días (no podía oírse a la persona que estaba al otro lado, y Paco iba respondiendo a lo que le iba diciendo) De acuerdo. Allí estaremos (respondiendo a todo con un semblante firme) (tras esto último, Paco colgó la llamada) Hemos quedado en... en la cantera (Mariano asintió con la cabeza, preocupado) Mariano..., vamos. Venga (abrazó a Mariano para intentar sacarle el ánimo, para que no se hundiera en la tristeza, para que no tuviera remordimientos de conciencia...)
La siguiente escena se trata del resúmen de 3 minutos y 17 segundos de los tres siguientes episodios de "Los Hombres de Paco". Un discurso en el que entran en juego Sara y Aitor, complementa dicho avance. Dicho discurso es el siguiente...
Sara: Hay momentos en la vida... en que una sola decisión... en un solo instante...
Aitor y Sara al unísono: ...cambia irremediablemente el curso de las cosas
Aitor: Cuando decides disparar a alguien..., cuando decides quererlo...
Aitor y Sara al unísono: ...o no quererlo
Aitor: Cuando decides tirar para delante...
Sara: Cuando decides mentir..., traicionar...
Aitor: ,...ocultar...
Sara: ,... o cruzar la línea
Aitor: Esa décima de segundo... podrá hacer girar todo al lado oscuro...
Aitor y Sara al unísono: ...o inundarlo de luz
Sara: Podrá hacer de tí un héroe...
Aitor: Un héroe...
Sara: ...o un criminal
Aitor: ...o un criminal. Podrá llevarte al cielo o al infierno...
Sara: ...pero siempre será un lugar desde el cual no podrás...
Aitor y Sara al unísono: ...volver atrás
Y por esta semana, esto ha sido todo en las frases dramáticas, y en las frases en general en este episodio, "Amores improbables". Las frases, si todo va bien, volverán como cada semana con el capítulo 98, titulado "El efecto mascletá". Espero que estas frases hayan sido de su agrado.
Saludos, paqueros/as
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