Una conexión espeluznante

Esta reflexión profundizará más en vosotros si véis previamente los capítulos 110 (Una noche espeluznante) y 111 (Conexión y agua bendita).

En el post sobre las opiniones que nos merecía el capítulo 110 (Una noche espeluznante) publiqué este comentario que quizá debería haber ido en un post aparte. Por ello lo publico en mi blog pasado ya cierto tiempo.

Paco Miranda: "posiblemente el peso mas grande que hay que soportar en esta vida sea el de la culpa".

Bajo esta "espada de Damocles" comienza el episodio. Pero es Paco el único que tiene algo de que sentirse culpable? Creo que no, Povedilla, al igual que Paco sobreviven a unos compañeros muertos en acto de servicio y a la pérdida del amor. Además, Paco tiene a Lucas y Sara muy lejos de sí.

Lys, siente la culpa de odiar a su madre y desear lo que ella quiere, lo que la convierte en pecadora. Y Dani, que culpa lleva a sus espaldas? Todavía no la sabemos pero estoy seguro que no tardaremos en verlo.

Es la culpa suficiente condimento para el terror. Yo creo que no, cada uno de ellos lleva encima una mochila de recuerdos y sentimientos que hacen que conozcan el terror de cerca.

El terror de la soledad, Paco, debido a su soledad en compañía de Mariano y la Salgado, va camino de enloquecer, todo lo que tiene en su presente no le vale si lo pone en la balanza de sus recuerdos. Povedilla, hombre de fe, ya no encuentra en ella lo que antes le consolaba. Lys ha perdido a la persona que mas ha querido en su vida, su madre, y la ha convertido en su rival, una rival a la cual quitarle lo que desea. Ese sólo pensamiento la ha dejado sola y sin poder de autojustificación.

Dani, el seductor, el hombre que sólo quería a las mujeres para olvidarlas, ha encontrado en una su casa donde permanecer, sin embargo, la casa tiene otro dueño, le toca esperar acompañando a la propietaria de su corazón en la soledad del tiempo.

El Terror que pudimos ver ayer es soledad. La soledad de la noche, de un caserón, la soledad de uno mismo y de no conocerse, o quizás de conocerse demasiado. La soledad de una luz al final de la oscuridad que oculta a la persona que está tras ella. La soledad de los sonidos cercanos y lejanos, aquellos que no conocemos y otros que no queremos saber. La soledad de la música que nuestros oidos intentan tamizar pero nuestro cerebro absorve intentando reconocer en ella pensamientos positivos que nunca logramos recoger.

La soledad que el terror nos mezcla a veces en nuestra propia realidad con la ficción de una serie intentando desvelar la frontera entre ambas. Las fobias, el miedo, el terror que cada uno lleva en su vida que nos hace solidarizarnos con los padecimientos del personaje, aunque a veces debería ser el personaje el que se compadezca de nosotros.

Hay otros tipos de soledad, digamos técnicos, el que nos provoca una lente de ojo de pez, unas cámaras al hombro o a la mano, le pendiente continua de ver el punto de vista de la cámara o la del personaje.

Por último está la soledad de la mente. Si no pudieramos expresar nuestros pensamientos en lenguaje escrito, hablado o mímico sabríamos de verdad lo que es el terror.

Espero no haberos hecho pasar mucho miedo y por supuesto no haberos inflingido una excesiva culpa por haber leído este mensaje.

Jajajajaj (eco).

Saludos.