Las huellas.
El papel que antes servía de anuncio sosbre los integrantes de la mesa principal ahora sólo era un recuerdo de lo que había pasado, más sin pensarlo él, como si fuera una manera indirecta de permanecer todavía unido a ella, él recogío aquel nombre impreso sin pensar que ella lo había tocado para hacerse fotos con el director de la película. Mientras escribía en la parte de atrás el e-mail de un compañero de auditorio, se dió cuenta de que ese papel ahora cincelado por el hombre contenía sus huellas dactilares.
El silencio que acompañaba al protagonista de la historia no hacía justicia a lo que hacía poco tiempo había ocurrido. Él se encontraba sentado en una de las butacas estrechas que poco menos de media ocupaban unas sesenta personas. El tiempo y el espacio permanecían separados por un estrecho pasillo que pronto ocupó ella. Desde ese momento esos dos parámetros opuestos y coincidentes se fundieron en uno para él.
El momento en que apareció se convirtió en una pasarela con muchos ojos pendientes de la modelo más sólo un par pendiente de la persona. Vestida de adulta, la mariposa posaba su mirada sobre la mesa mientras los demas observaban su baile.
La luz se apagó, sólo ocho minutos de película, cuarenta minutos de charla-coloquio, al principio fría más animándose con el tiempo dieron fin al acto. Sin embargo, no todo había acabado.
Es curioso que minutos antes el autor de este relato había tenido escrupuloso cuidado de no tocarla, no besarla, no fotografiarse con ella, no pedirla ningún autógrafo, como intento vano de no verse influenciado por ella, contradicción extrema si pensamos que desde el momento en que dos personas se encuentran, independientemente de la profundidad de la impresión que tengán el uno del otro, es imposible olvidarte totalmente de una persona si esta ha ocupado tu atención aunque sea por pocos segundos. Se pueden olvidar nombres, incluso difuminar caras, sin embargo, siempre se permanece en la vida de los demás aunque sea en forma de intuición o sensación.
Ejemplo de lo anterior fué la manera de conocerla personalmente. Antes de sentarse se dejó fotografiar con quien se lo pedía, además de las fotos profesionales obligadas con el director, sin embargo no tuve la sensación de estar ante una persona sino ante una profesional que hacía su trabajo, una mujer bella, pero como hay muchas en este mundo. Durante el coloquio tuve la impresión de estar ante una chica simpatica y muy profesional, en conclusión, una mujer joven que es actriz.
El acto concluyó y las vidas de muchas de las personas que estaban en el auditorio se cruzaron con Michelle y con el director, cuando consideré el momento oportuno, y ella también, pues tomó la dirección en que yo me encontraba solo, dí dos pasos hacia ella y ella, sorprendiéndome, dió cuatro pasos hacia mí, por lo que obtuve lo que no quería, al final de ese camino mutuo nos encontrabamos a menos de medio metro, el uno enfrentado al otro, con los ojos al mismo nivel, fijos el uno en el otro. Las preguntas y las respuestas apenas duraron dos minutos pero ese no fue el tiempo que me quede atrapado en ella.
La impronta que yo le dejé, supongo que será pequeña, más las huellas que yo tengo de ella, no son precisamente dactilares.
Saludos.
Necesitas ser usuario registrado de FormulaTV.com para comentar en este blog. Conéctate o haz clic aquí para registrarte