La desigualdad en los iguales o las armas de los desiguales

Me encuentro ante un ordenador con una aplicación abierta y utilizando un medio informático para dirigirme a personas que lo único que tienen en común conmigo es la cualidad de entenderse mediante lenguaje verbal y no verbal. Nos diferencia, el género (con la mitad de la población), la edad, la zona en donde vives, la riqueza idiomática de algunas regiones al poder usar dos idiomas que se autoinfluyen, la educación recibida, tanto cultural como personal. Y todo ello mediatizado por la buena o mala fe que cada uno ponga en unas palabras unidas bajo el nombre de idioma y que muchas veces lleva a mantener discusiones más sobre la forma que sobre el fondo.

Todas estas palabras juntas unidas en conceptos lo único que expresan es que a pesar de las diferencias que podamos tener todas las personas que hablamos este idioma, aunque se puede ampliar a otros idiomas, es que tenemos un idioma común y a la vez somos iguales, ante todos, seres unipersonales dotados de entendimiento y que podemos debatir con más o menos acierto en condiciones de igualdad y con las mismas armas, armas que dependerán de tu inteligencia, sensibilidad o educación pero armas que al fin y al cabo podemos disponer todos de ellas, unos con más esfuerzo que otros.

El problema es cuando te enfrentas a personas que no se enfrentan a tí personalmente sino que se ocultan, estando en su derecho, detrás de entes pluripersonales que defienden intereses económicos, totalmente legales, pero que hacen que como miembro de ese clan debas renunciar a postulados personales arraigados y que cuando fuera de tu profesión intentas mantenerlos te encuentras con que no tienes esa entereza pues te sientes falso. Siendo todavía peor el que los mantiene sin sonrojarse.

Hay dos clases de personas que vemos la serie llamada "Los hombres de Paco", los que consideramos que la serie es un todo y que el proceso de creación es importante, además del resultado y los que consideran que lo que importa es el resultado final de la serie.

Los primeros valoramos en su conjunto la serie imprimiendo un bagaje antes, durante y posterior a los episodios que hace que valoremos como un todo la serie, disfrutando cuando hay coherencia, maldiciendo cuando no la hay, además de los aciertos de guión, visuales o de interpretación.

Los segundos valoran el proceso final es decir si el guion, las diversas escenas y la interpretación les ha gustado con diferente espíritu crítico que los primeros.

Aquí radica el problema en estas dos maneras de ver la serie. Mientras que en los espectadores mencionados en primer lugar cabe la crítica como forma de mejorar la serie, en los mencionados en segundos lugar conviven dos posturas, los que admiten la critica como forma de mejora y los que piensan que no se debe criticar pues los que mandan podrían decidir quitar la serie. Craso error pues sus criterios son siempre económicos.

Por otra parte nos encontramos con las empresas productoras y de televisión. Cuando nosotros, los espectadores, queremos tener una opinión propia basada en la serie, nos encontramos con que siempre nos intentan tutelar, empresas de publicidad, portales de televisión, foros, prensa, radio, tv. Son armas de las que dispone cualquier empresario del mundo del espectáculo para crear opinión favorable a sus productos, para intentar diluir cualquier opinión contraria a sus intereses, pues no nos olvidemos que para ellos "los fines justifican los medios".

Ante la diferencia de armas de las que ellos disponen, nosotros sólo podemos responder con armas de defensa propia:

Criterio, razonamiento y coherencia.

Saludos.

P.D: por último ayudadme a elegir el título, el primero, el segundo o tal como está?