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Besos contra la homofobia

Domingo 12 de Marzo de 2017 18:33
 

Corren buenos tiempos para la intolerancia y la discriminación. Ser testigo cada día de comentarios y actitudes homófobas es algo que me entristece, porque no soy capaz de entender cómo las personas homófobas pueden ensuciar un sentimiento tan bonito como el amor.

Besos contra la homofobia

Desde pequeño he sido acosado por mi condición sexual y eso es algo que nunca he entendido ni podré entender. Lo peor es que como yo, hay muchas personas que también son discriminadas por su condición sexual en pleno siglo XXI. La gota que colma el caso es que recibir insultos e incluso agresiones físicas no es lo peor que te puede pasar por ser homosexual, pues en España no hay pena de cárcel o de muerte por ello, cosa que sí ocurre en otros países.

Este hecho se antoja tan lamentable como inexplicable. Porque no hay explicación ninguna que justifique tal tipo de desprecio a un colectivo minoritario cuyo único delito es amar. ¿Qué hay de malo en querer a personas de tu mismo sexo? ¿Y por qué hay personas a las que les molesta que dos hombres o dos mujeres salgan juntos? Quienes no entienden que dos personas del mismo sexo puedan quererse, no entienden el verdadero significado de amar. Porque el amor está por encima de los géneros, de las etiquetas, de los prejuicios, de las opiniones de gente estúpida, de los intolerantes, de quienes creen que ser homosexual es estar enfermo, ser un bicho raro. Por desgracia, sí que hay homosexuales que se consideran bichos raros. La presión de la sociedad es de tal magnitud, que son muchos quienes no terminan de aceptarse así mismos por pertenecer a un grupo cuya condición sexual no es la mayoritaria en la sociedad. De hecho, como experiencia personal, diré que hubo un tiempo en el que yo tampoco me aceptaba a mí mismo. Cuando durante años, te repiten constantemente que ser gay es algo malo, terminas creyendo que realmente sí lo es. La homofobia se ha convertido en un mal capaz de hundir a las personas. Lamentablemente, es muy difícil luchar contra este mal y contra quienes lo cultivan. Hace unas semanas leía un comentario de un usuario, diciendo que, "si tuviera un hijo y éste fuera discriminado, aplaudiría que mi hijo cogiera una silla y se la rompiera en la cabeza a quien le acosa". El caso es que no es tan fácil como esto. Cuando eres discriminado por algo como tu condición sexual, cuando te anulan como persona, lo último que quieres es cruzarte con quienes te atacan y humillan, por lo que, como comprenderéis, resulta imposible plantarles cara. Ni después de tantos años, querría yo cruzarme con quienes me hicieron tanto daño en el pasado. No por miedo, sino por asco. Me asquea que haya gente capaz de odiarme sin conocerme por el sencillo hecho de que no comparto su orientación sexual.

Entonces, ¿cuál es la solución? Creo, sinceramente, que nos falta mucho (si es que alguna vez lo conseguimos) para llegar a una sociedad en la que no haya personas que no entiendan que las etiquetas de "hetero", "gay" o "lesbiana", son simplemente eso, etiquetas. Etiquetas impuestas por una sociedad más interesada en saber la condición sexual de cada persona que sus valores. Una sociedad a menudo homófoba que intenta evitar parecerlo con argumentos del tipo "no soy homófobo porque tengo amigos gays" ¡Venga ya! Nos queda mucho por aprender... o por desaprender.

Para finalizar, me gustaría dejar una cita de la escritora francesa George Sand. "Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz". Con tal expresión del amor, yo me pregunto, ¿cómo puede haber gente a la que le preocupe que dos chicos o dos chicas se amen?

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