Se me antoja indignante que, por culpa de ese puñado de intolerantes de lo ajeno y fanáticos defensores de
su verdad, los autores de este tipo de clasificaciones nos veamos siempre obligados a abrir el texto con una reseña en la que aclaramos que esto es una escala de gustos personal, y no una declaración de guerra contra el que no opine lo mismo. Confío en que baste con este párrafo para que por una vez lo déis por hecho.
Entranto ya en materia, la 5ª temporada ha sido la más controvertida y la que más polémica ha desatado. No voy a discutir los motivos, cada uno puede achacarlo a lo que juzque oportuno, y además este no es ni el momento ni el lugar, que quede claro.
Pero si eres pesimista por naturaleza, estarías al corriente desde hace tiempo del declive al que sucumbía inexorable y paulatinamente 'LHDP'; si por el contrario, como es mi caso, prefieres buscar y perseguir el lado positivo de hasta lo que no lo tiene, lo más seguro es que tarde o temprano también te hayas rendido ante la evidencia. Sea lo que sea, resulta innegable que esta irregular temporada se ha caracterizado por los altibajos, más bajos que altos, pero eso no quita que a lo largo y ancho de 25 capítulos no hayan desperdiciado ocasiones para brindarnos grandes momentos. A continuación se encuentran los que a mi entender han destacado memorablemente sobre el resto.
¿He mencionado ya que es una selección personal?
10º
Cumpleaños feliz... (5x22 "
Todo por lo legal"):
Comienzo con un momento reciente. Reciente y breve. Pero como dice el -sabelotodo- refranero español: lo breve, dos veces bueno. La patrulla basura, esa ensalada de variopintos personajes, aliñada por el ingrediente estrella que suponen Paco y Mariano, autora de tantas risas, es la protagonista de la escena en cuestión. Tras una costumbrista conversación en la que deliberaban sobre las connotaciones legales del acto que pretenden consumar, diálogo que ya puede tildarse de rutinario, el grupo asalta bárbaramente la vivienda de Bravantte, el número 2 de la red ilegal, donde creían que se encontraría reunido con el resto de la cúpula mafiosa. Pero es de conocimiento popular que, más allá de los puntuales pálpitos, el acierto no es el punto fuerte de los hombres de Paco, y precisamente por eso el grupo termina irrumpiendo en una fiesta infantil de cumpleaños a ritmo de ópera italiana y disparos a mansalva, en uno de los escasos -y precisamente por eso agradable- momentos cómicos de la temporada. Lástima que ese "¡Alto ahí, fetuchinis de mierda!" de Curtis fuese censurado en la versión definitiva y nos tuviésemos que conformar con el grito inédito el el avance...
9º
El que nunca pudo ser un héroe (5x21 "
Héroes")
"Y finalmente están los que nunca quisieron ser héroes. Esos a los que nadie tuvo el valor de contarles en la academia si está bien o está mal matar a un asesino para salvar la vida de trece inocentes...". Las palabras latientes de la hija acompañan y avivan la epopéyica tarea del padre, siendo su único refuerzo y compensación para llevarla a cabo. Una escena como esta, que versa sobre la fragilidad de la línea que diferencia la ilegalidad de la legalidad, de la vida y la muerte (últimamente se percibe a los guionistas muy apegados por temáticas complejas y reflexivas en las que nunca consiguen desenvolverse), no podría toparse con una conclusión más grotesca que un desenlace no fatídico. Y por desgracia, lo tiene. Si algo hemos aprendido sobre Paco Miranda en 5 temporadas, es que está dispuesto a hacer cualquier cosa por salvaguardar la seguridad de su hija, y el hecho de que flaquee a la hora de dejar sin padre a los hijos de Vittorio (interpretado magistralmente por Frank Crudelle, uno de los fichajes dorados de la 5ª) es, cuando menos, muy forzado. Aunque también es cierto que esta temporada ha sido empleada por los nuevos guionistas como martullo pilón para destrozar todos los esquemas asentados por sus predecesores, así que tampoco hay de qué extrañarse... No es justo mancillar al que es por derecho protagonista de la serie arguyendo que él nunca quiso ser un héroe, cuando la realidad, omitida en los versos pronunciados por Sara, es que nunca se lo han consentido.
8º
El tercer par de brazos del equipo de remo (5x01 "
El 'replay' de don Lorenzo...")
Privando de valor y significado a cantinelas posteriores, esta escena simboliza la desaparición de Lucas Fernández y el golpe emocional que eso supone para Paco, Mariano y, está bien, Sara. Siempre he defendido que el final idóneo para cerrar el ciclo del personaje hubiese sido que nunca abandonara la furgoneta bomba que -privando de valor y significado a cantinelas posteriores- explotó con él dentro al final de "El setter cojo", pero eso habría supuesto prescindir del "fenómeno Hugo Silva" y los engañosos ganchos que se han dibujado en torno a su presencia, que humillantemente fueron los responsables de sostener la audiencia de la temporada. Lucas Fernández, atesorador de tantos fanáticos como detractores, todos ellos incondicionales, se despidió escuetamente, sin fuegos artificiales de por medio, con una triquiñuela que por una vez parecía medianamente meditada: traslado a la Carolina. Cabe resalzar el hecho de que el personaje no tomó esa decisión por iniciativa propia, si no que actuó así por encomendación de su mujer, algo que dos decenas de capítulos después estaba tan emborronado y se había disimulado bajo tanto maquillaje que ya nadie parecía recordar.
7º
La quinta ex de Mariano Moreno (5x09 "
La de Madagascar")
Otra despedida que no lo es. Pero al menos en este caso, el verdadero error habría sido despachar definitivamente al personaje de la Salgado, que ha falta de otros secundarios desempeña el rol fundamental de obstaculizadora de las tramas policiacas, además de que ha demostrado ser también muy diámica en las personales. La secuencia tiene lugar entre Paco y Marina, siendo un escueto adelanto de la precipitada tensión sexual que más tarde se desataría entre ellos, y se lleva la palma en lo que a escenas emotivas se refiere. Los dos personajes mantienen una desoladora conversación que versa en su totalidad sobre Mariano y le retrata psicológicamente como nunca se había hecho hasta ahora. Un medido acompañamiento musical, metódicamente calculado, y las brillantes actuaciones de Cristina Plazas y Paco Tous, el cual no acostumbra a hacer interpretaciones superfluas, y no menos se puede decir de la primeram hicieron de esta una de las escenas más estremecedoras de toda la temporada.
6º
A la rueda, rueda... (5x14 "
La inteligencia de San Antonio")
Aun no sé a ciencia cierta por qué este momento me cautivó desde la primera vez que lo vi, pero existen varias razones de peso. A saber: por primera vez durante varios eones, la patrulla basura opta a una coronación en toda regla; todos los personajes compaginan sus esfuerzos para alcanzar la victoria, sin que ninguno sobresalga; y ante todo, la pareja de becarios no resulta el único beneficiario de este desenlace, desmintiendo la -ahora- evidencia de que los guionistas infringen con total impunidad el error de generalizar a la hora de estudiar al público y extender un mínimo sector de la audiencia a la totalidad de esta. Es curiosa la facilidad con la que, llegado el punto en el que no la necesitan, se olvidan de esa minoría auténticamente leal y fiel, que prefiere sin dudarlo un instante la surrealista e impagable estampa de Kike, Rita, Povedilla y Nelson corriendo con una rueda-bomba entre sus manos en una cumbre internacional a cualquiera de las insípidas, diáfanas y antinaturales escenas de sexo "becaril" entre Sara y Aitor. Respecto a la incisiva risa de Aitor una vez la situación se ha salvado, no puedo por menos que aceptarla como una provocación, aunque en esta ocasión está disculpada por el hecho de que cerrasen el capítulo con una imágene de Kike y no de él y la adúltera de al lado.
5º
¡Pero mira cómo beben...! (5x03 "
Caldo de pollo")
El valor de esta escena podría resumirse en un "Jajajaja..." interminable. Y pensándolo bien, eso es lo que voy a hacer: jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja[...]jajajajajajajajajajaja.
Pero, dado que dos líneas y una onomatopeya, por muy extensa que sea, no pueden hacer justicia a este despilfarro de risas, me veo obligado a añadir y matizar algún que otro aspecto: ¿cómo una serie que en su día fue maquetada como el primor del humor y la personificación de la comedia ha podido declinar hasta tal extremo de tener en su última temporada tantos momenos realmente graciosos que se podrían contar con los dedos de una mano? Yo soy el primero que agradece la presencia del drama, la acción o la intriga, pero bambolear radicalmente el género de la serie de un extremo a otro a petición de las minorías nunca le ha hecho ningún bien al desequilibrado y ya ininteligible mosaico de historias que compone la serie.
4º
El hombre colador (5x13 "
Lolito")
Curtis, el clásico personaje quijotesco al que todo el mundo adora pero que, al no forrar el actor que le interpreta los archivadores de las adolescentes, nunca recibe el protagonismo merecido, ha gozado por fin de la oportunidad de ser uno de los pilares de una temporada, algo que le ha permitido evolucionar prominentemente y poner fin a la sequía de intervenciones que se le impuso durante la 4ª temporada, en la que las tramas intimas y privadas de la patrulla brillaron por su ausencia. La mayoría de los personajes de 'Los hombres de Paco' son auténticos especialistas en desesperar al espectador, consiguiendo hacer de un grano de arena una montaña, o viceversa, así como enredar cualquier situación, por pobre que sea, hasta elevarla al grado de peligro internacional. Y con esta insensatez hacen una vez más gala de ello. Más allá de la elogiable y enorgullecedora interpretación de Fede Celada, Juan Diego, Carlos Santos o Enrique Martínez, auténticos héroes de la representación por méritos propios, y no de su cirujano, y del cardíaco desenlace con el que cuenta la escena, me gustaría resarcirme acerca del magistral acompañamiento musical. La banda sonora es el único aspecto en el que la serie mejora temporada a temporada, presumiblemente achacable a que aun hoy conservan al equipo de sonido original, que se ha enriquecido con la experiencia de sus esfuerzos capítulo a capítulo, llegando a regalarnos joyas auditivas como esta. En definitiva, un recalcitrante y audaz acompañamiento que convierte para el público en aun más angustiosas las intrépidas andaduras de Curtis.
3º
Superación (5x06 "
En el mismo saco")
La mayoría conocemos la realidad de esta escena. Para el que no, aquí va una aclaración en forma de cita de Adriana Ozores, a actriz que daba vida a la sensata, vivaracha, pero ante todo imprescindible, Lola Castro: "decidieron que mi personaje ya no encajaba en la serie". Es muy triste que buena parte de los grandes momentos, no solo de esta, si no de cualquier serie, se deriven de cuestiones, como esta, que trascienden mucho más allá de un campo tan terrenal como son los guiones. El equipo guionístico-productor ha dejado clara esta temporada su posición acerca del matrimonio, y no es muy descabellado pensar que precisamente por eso juzgaron de innecesario al personaje de Lola Castro y decidieron cometer la osadía de prescindir de una actriz del calibre de Adriana Ozores, sin lugar a dudas la mejor que ha pisado nunca el plató de la serie. Resulta evidente que las parejas sólidas, veteranas y consolidadas no tienen cabida en esta historia, si no que exclusivamente son válidas y atractivas las fogosas, prohibidad e intempestivas -pero antetodo, marcadas por los prototipos- relaciones juveniles, que tan jugosos anuncios les permiten producir después. Cuando además estas ambiguas cláusulas deben ser estipuladas por el público adolescente, que ni siquiera conoce el significado de esas palabras, salen a la luz disparates como -ciérrense los ojos irascibles- la oligofrénica relación de becarios, mucho más pedante e incomprensible aun que su predecesora Sara-Lucas. En cuanto a la escena en sí, poco que añadir: clarividencia emocional hecha posible gracias a Paco Tous y el melódico acompañamiento musical, en uno de los recitales sentimentales mejor elaborados que ha visto la serie.
2º
El efecto paquero (5x19 "
El efecto mascletá")
Un Mariano decididamente consternado y un Paco rotundamente desesperado han alcanzado su destino. Solo el espectador conoce (cree conocer) cuál será el desenlace del intercambio. Pero realmente, lo que nos había predispuesto a digerir este momento no era un adelanto de la hipotética muerte de Nelson, si no la voz en off de Paco. Cuando todo parece perdido, y el fallecimiento de este personaje ya se apunta como evidencia, descubrimos que la bala perdida de Mariano provocó efectos secundarios, además de la herida a Aitor: el dispositivo que activaría la mascletá se había inhabilitado. Los pensamientos de Paco, el cruce de miradas entre él y Mariano, ambos con el rostro compugnido, la martilleante banda sonora, que acompaña cada movimiento con precisión atómica, las soberbias interpretaciones de Paco y Pepón... y el descubrimiento de que lo que es, en realidad no es, se conjuraron para hacer de esta la escena culminante del capítulo y, si se me permite el atrevimiento, una de las mejores de toda la serie. Habría sido
la escena de la temporada de no ser por la siguiente...
1º
"Se me olvidó otra vez..." (5x25 "
Todos los planes de Lucas Fernández")
[Subdividido en dos partes]
Si pensabas que esta serie no tenía ya nada que ofrecerte, eso es porque no has visto esta escena.
La escena. LHDP no es una serie que haya brillado nunca por su escenografía, pero el momento en cuestión, comprendido desde que Kike y Nelson abandonan el pazo bajo la irrisoria protección de los escudos hasta que Sara cierra la canción de Juan Gabriel es una pletórica, auténticamente pletórica, obra de arte. Es innogociable que el hecho de que todos los personajes emprendan sincronizados el canto de la misma melodía en lugar de hacer lo imposible por salvar la vida de sus moribundos amigos es una imágen muy surrealista. Pero también es el mejor homenaje que podrían brindado, un tributo conmemorativo hacia personajes que nunca profesaron respeto por el realismo, que predicaron lo ridículo y se convirtieron en estandartes de la absurdidad. A un mismo tiempo, la desgarradora tragedia ha sido más que suficiente para tajar y cortar por lo sano el único vínculo que aun ligaba a la mayoría de los espectadores a la serie: el cariño. 'Los hombres de Paco' lastraba su condena desde hacía un par de temporadas, pero esta escena ha hecho las veces de sentencia final. La falta de cautela de los vanidosos guionistas, que en su fuero interno quisieron creer que recibirían medallas y alabanzas por llevar a cabo semejante escabechina, ha enterrado todo lo que esta serie simbolizó en la tumba que precavidamente se cavó a lo largo de la presente temporada. En cambio, para mí, espectador concienciado y mentalizado desde que vi por primera vez el avance de "
Todos los planes de Lucas Fernández" de que en él tendría lugar mi despedida con la serie, este ha sido el mejor desenlace que podrían haberme dedicado, ya que perfectamente puedo acogerlo como punto final de esta historia. Quizás porque ya daba por hecho que la defunción de los cuatro personajes tendría lugar de una forma insultantemente vejante para su trayectoria, eclipsada además por la elección de le casquivana becaria, o puede que debido a que renegué hace tiempo de la capacidad de los responsables de la serie para elaborar una escena de esta talla, pero el capítulo, dentro de lo que cabe, me maravilló, y por primera vez en todas las semanas no debo agradecérselo únicamente al reparto. El momento proyectado en ambos vídeos no es solo la mejor escena de la temporada, si no probablemente de toda la serie, una situación que te revuelve el estómago y te corta la respiración, que te fuerza a olvidar todo lo demás y a llorar como único consuelo. Es además una de las mejores escenas dramáticas que he tenido la oportunidad de degustar. Es una soberana genialidad. Única. Pero... ni todo eso consigue borrar la evidencia de que
esta escena no pinta absolutamente nada en
esta serie. No tiene cabida aquí. No tiene ningún derecho a formar parte de ella.
En cuanto a las muertes en sí, no fue el modo en que las enfocaron lo que las inmortalizará para siempre en el recuerdo de cualquier seguidor de 'LHDP', si no la estelar interpretación de los actores que les encarnaron durante años: Jimmy de Castro encontró por fin la ocasión de lucirse en su escasa e insulsa -pues ha sido diferencialmente el fichaje peor aprovechado de la historia de la serie-, participación; Enrique Martínez, con diferencia el profesional más infravalorado de la serie, demostró con más intensidad que nunca el talento que posee, negando cualquier divergencia; Aitor Luna decoró como bien pudo la austera y rencorosa muerte que los guionistas le escupieron; y por último, Marián Aguilera... aun más de una semana después, sigo calificando de indescriptible su trabajo, el mejor que ha registrado en casi 100 capítulos, consiguiendo imponerse al mismísimo Juan Diego y hacer suyo un capítulo que estaba centrado en el triángulo amoroso. El resto del reparto también hizo posible esta obra maestra, e incluso la inexperta Laura Sánchez consiguió estar a la altura.
Superada la conmoción, me siento feliz. Y por una vez en mi vida, prefiero conformarme con analizar la situación llanamente desde el punto de vista de espectador raso en lugar de indagar en la explicación real que pudo propiciar esta masacre, ni sobre qué clase de actos impíos habrán desembocado en esta tragedia.
Ha llegado el momento de decirle adiós a 'Los hombres de Paco', y aunque hubiese preferido hacerlo en otro contexto, puedo darme con un canto en los dientes gracias a la severa culminación... de esta cínica... y déspota... "Resurrección".
NOTA: me ha sabido especialmente amargo no poder incluir ninguna escena en la que aparezca Félix, pero a fin de cuentas, sus apariciones a lo largo de toda la temporada se limitan a dos capítulos, por lo que puedo publicar esto con la conciencia tranquila...
Ya he hablado suficiente. Vuestro turno: ¿cuáles han sido vuestros momentos favoritos de la temporada?