Decir que 'House' es
una serie médica más no es solo una equivocación, sino también una errática apelación a la ignorancia. Referirse a ella como
una serie médica con connotaciones existenciales es más acertado, aunque personalmente solo acepto como correcta la definición
un milagro médico.
Y es que, en mitad de una sociedad que profesa reverencia por la sencillez y a la que se le podría diagnosticar adicción a la simplicidad, toparse con un producto tan inteligente como este, que induce al espectador a una reflexión interminable, es todo un reto.
El desgaste, como tiene por costumbre hacer, podría haberle arrebatado su encanto hace tiempo, pero no ha sido así. Tras cinco temporadas y más de 100 capítulos, 'House' no se ha desprendido ni un ápice de su esencia original. Y lo lamento por aquellos que tienden a mitificar lo antiguo, pero es la verdad, e incluso me atrevería a añadir que la serie ha ganado puntos con el paso del tiempo en más de un aspecto. ¿Qué ha supuesto esta 5ª tanda de episodios para el mosaico que compone la serie, y cómo se insinúa de cara a la 6ª? Escondida tras el "Leer más" está mi respuesta...
En primer lugar, matizar que, soy consciente de ello, esa respuesta llega con un considerable retraso, pero lo cierto es que hasta ahora me ha resultado imposible ponerme al día con el entrañable doctor cojo y, puesto que en breve llegará a nuestras pantallas la 6ª temporada, he creído oportuno aprovechar para repasar todo lo qué significó la 5ª. Y allá voy:
La 4ª temporada fue empleada como medio para presentar y asentar al nuevo equipo de House hasta encajarles sin mucha dificultad en el contexto argumental y convertirles en el nuevo eje del entramado médico. De este modo, en la 5ª nos encontramos con un reparto más costumbrista y consolidado. Y es probable que se deba a que el primer equipo fue exprimido hasta la saciedad a lo largo de 3 temporadas, pero Tau, Trece y Kutner se me antojan ahora sustancialmente más interesantes que sus predecesores, exceptuando quizás a Foreman, que conserva el potencial inicial.
La temporada da comienzo con una gran franja inicial, de muy alto nivel desde el primer momento (sobresaliendo el soberbio capítulo 5x09: "Último recurso"; los episodios que eventualmente se salen del marco cotidiano suelen ser un acierto, precisamente por el hecho de ser un recurso puntual y no abusarse de él); desciende después con un ecuador más promiscuo, que incluye episodios ciertamente mediocres; y por último, vuelve a la carga en la recta final con capítulos descomunales, marcados por la vibrante trama del enloquecimiento del doctor cojo y sus maravillosas conversaciones con la Amber que todos llevamos dentro.
Los casos médicos, pilar elemental de la serie, mantienen el matiz curioso, rebuscado e interesante de siempre, y conservan la función didáctica -o ofuscadora, según se mire-, a pesar de que algunos son repeticiones levemente alteradas de otros que ya se dieron cita con anterioridad, y existe más de uno que no aprovechan o exprimen tanto como en temporadas anteriores habrían hecho. No obstante, después de cinco años los guionistas aun saben devanarse la imaginación para ofrecer argumentos médicos que susciten el interés del espectador; por lo tanto, no hay demasiado que recriminarles. Estas historias, aunque de complexión delgada, conforman el pan de cada día de 'House', razón por la que es conveniente preservar y afinar su frescura y originalidad inicial. Siento curiosidad por saber cómo enfocarán este tema en la 6ª temporada, siempre y cuando la línea de House en el psiquiátrico se prolongue más allá de los primeros capítulos.
El humor, tan ácido y enrevesado como de costumbre, se mantiene al orden del día. Es cierto que en determinados episodios se revela un tanto apagado, pero 'House' cuenta con suficientes alicientes como para conseguir hacer pasar desapercibida la ausencia de este.
"Di las palabras mágicas: destruiré el esperma de mi marido"
Los personajes de esta serie nunca han dado muestras de poseer una personalidad especialmente dinámica, sino que se caracterizan más bien por estar dibujados en un cuadro psicológico cerrado, directo y esquemático, por cuyas cuatro esquinas campan libremente a requerimiento del guión. Aun así, 24 capítulos dan para mucho, y tanto las ariscas relaciones personales como la incisiva presión a la que House somete, por regla general, a todo el mundo, incluido y sobretodo él mismo, han debido erosionar de un modo u otro la caracterización de cada personaje. Veamos en qué han consistido estos cambios:
Dr. Gregory House (Gregorio Casas según cierto compañero de esta página...):
El hilarante protagonista de esta historia continúa esgrimiendo la realidad como arma de batalla, aunque cada vez con menor confianza en sí mismo, pues ahora es mucho más habitual que termine explotándole en la cara. Consciente de que las personas de su entorno comienzan a entrever su naturaleza humana, recela a la hora de destapar esos sentimientos de los que él mismo se avergüenza, y consigue evadirse de cualquier situación comprometida con una elocuente, ingeniosa y oportuna grosería. Y es que si no fuera así... no estaríamos hablando del doctor House.
Wilson siempre ha sido autor de un enérgico compromiso social, rasgo que se ha evidenciado temporada a temporada: el altruismo y la solidaridad son términos que le retratan. No obstante, se exaltan y exageran hasta tal punto esas cualidades que este personaje bien podría considerarse una sátira de las virtudes humanas. Y por otro lado, el hecho de incluir patologías oscuras en el cuadro psicológico del personaje le concede una tónica doblemente interesante. Es el homólogo total a House y, por consiguiente, su complemento ideal, hasta el extremo en que cuesta definir dónde empieza uno y dónde termina el otro. La muerte de Amber, aunque en un principio pareció resquebrajar su amistad con House, finalmente sirvió para reforzarla y permitirla alcanzar un nuevo estadio.
La temperamental directora del hospital ha cedido definitivamente ante los encantos del doctor cojo y su bastón, a pesar de que este acercamiento solo haya podido consumarse en la imaginación de House. Sus sentimientos siempre la han delatado, pero ella ha sabido enmascararlos bajo su disciplinario carácter y su actitud sobria. A lo largo de la temporada hemos tenido la oportunidad de ver cómo su fachada de pasiva serenidad se resquebrajaba cuando su empeño de convertirse en madre se veía frustrados una vez tras otra. Cuesta creerlo, pero los guionistas finalmente se tomaron la licencia de ser benévolos por una vez y dieron por concluída la línea argumental del personaje de manera satisfactoria, cerrando así uno de los arcos más importantes de Cuddy y consintiéndola evolucionar por otros frentes.
Podría considerársele el nuevo cabecilla del equipo de House, de no ser porque desempeñe este cargo de manera discreta y manteniéndose siempre a la sombra de Foreman, que le libra de preocupaciones. De orgulloso e irascible carácter, se atreve a retar, desafiar y enfrentar a House habitualmente, aunque a menudo por mera competencia. Huelga decir que para su jefe no radica dificultad alguna en darle la vuelta y provocarle quebraderos de cabeza tanto en su vida profesional como personal, remarcando las múltiples ocasiones en las que ha sembrado la duda acerca de la posible infidelidad de su esposa, prueba que Taub finalmente consiguió superar con éxito.
Dra. Remy Hadley (
Trece):
El fatídico hallazgo de la enfermedad que padece, junto a la consabida e ineludible cercanía de la merta, ha supuesto una caracterización que ha hecho del cetrino personaje algo mucho más interesante, oscilando ahora entre una vida regida por la despilfarrante política de "vive el momento" y una sedentaria existencia marcada por un inútil deseo de supervivencia; y Foreman se ha convertido en el ancla a la que se ha aferrado durante su búsqueda del término medio entre ambas. En definitiva, la anímica doctora Trece es uno de los personajes a los que mejor le ha sentado la 5ª temporada. En cuanto a la actriz que le da vida, Olivia Wilde, es obvio que no estamos ante una reina de la interpretación, eso nadie podrá refutármelo, pero cuenta con otros alicientes muy convincentes a la hora de engatusar a la audiencia; y lo mejor es que, a pesar de esta aptitud, sorprendentemente sí sabe actuar.
La definición adjudicada a Wilson perfectamente podría extenderse a Foreman, de no ser porque el personifica a la decencia y rectitud profesional, y no vital. De todas formas, estas trémulas cualidades se encuentran actualmente melladas y sumidas en un paulatino e inconsciente deterioro. Ahora más que nunca, Eric Foreman está encaminado a convertirse en el legado de Gregory House.
Habiendo sido un personaje plano durante las 3 primeras temporadas, Chase ha sabido evolucionar durante los dos últimos años en un discreto segundo plano, cejado en la búsqueda de la individualidad profesional y de cómo adaptarse a un hábitat de trabajo donde House no está para susurrarle las instrucciones al oído. No obstante, también sigue siendo la penitente sombra de su ex-jefe siempre que está en presencia de este. Por otro lado, el haber alcanzado un punto de estabilidad en su intempestuosa relación con Cameron ha aliviado el narcisismo que antes imperaba en su personalidad, y le ha permitido avanzar hacia derredores más sencillos.
Por primera vez a lo largo de toda la serie, su exacerbada ética se encuentra en estado de embriaguez. Desde que abandonara su puesto frente a la pizarra de House, y ya no fuera necesario hacer gala de su infinita benevolencia, su moral se ha relajado y ha adquirido un cariz selectivo. Aun siendo víctima de una evidente y desgarradora inseguridad, finalmente ha superado sus miedos y su fijación con House y ha optado por dar el paso definitivo junto a Chase. Será interesante comprobar cómo evoluciona esta pareja ahora que se ha embarcado en un estadio enteramente diferente.
Lo mejor de la 5ª temporada:
- Avances y adelantos en las diversas tramas personales, algunas de las cuales llevaban estancadas varias temporadas.
- El estilo y la técnica empleados para enfocar la locura de House.
- Las interpretaciones de Hugh Laurie (House), quien una vez más opta al Emmy a mejor actor protagonista, Robert Sean Leonard (Wilson), Lisa Edelstein (Cuddy) y Omar Epps (Foreman), los dos primeros manteniendo la talla al manejarse espectacularmente en sus respectivos papeles con la misma soltura que siempre.
- Los minutos finales de la temporada: la descorazonadora contraposición entre espontanea felicidad y melancólica desesperanza que se conjuga en la doble escena final, ponderada por un tintineante e idóneo acompañamiento musical, consigue que cada emoción avive a la contraria, conformando un insuperable mosaico de emociones que no permite al espectador saber que ha de sentir exactamente.
- Un final de sesión tajante que sugiere drásticos y prometedores cambios para la próxima.
Lo peor de la 5ª temporada:
- La breve duración de la participación de Lucas, el detective, quién podría haber dado muchísimo más juego y ofrecido dinamismo a las tramas personales a lo largo de toda la temporada.
- La austera despedida del personaje de Kutner, resarciendo especialmente el hecho de que no se mostrase su suicidio. Y si eso se debió a motivos éticos… peor aún, ya que una serie como esta no puede permitírselo. Y el hecho de que se le espetase al espectador desinformado sin previo aviso tampoco ayuda.
- La escasez de tramas privadas de Kutner, quien, a diferencia del resto de personajes principales, no tuvo prácticamente una sola propia en toda la temporada (exceptuando su propia muerte, y ni esa fue abordada con interés íntimo).
- El excesivo protagonismo que Chase y Cameron recobran en la recta final de la temporada para suplir el vacío que ha dejado Kutner. No tiene por qué evidenciar una creciente indecisión en la pluma de los guionistas pero, aun así, un revival de los orígenes a estas alturas resulta antinatural y poco sintético.
Como se puede apreciar, no ha sido demasiado lo que me haya disgustado, y ese es en sí otro punto que debería encontrarse entre lo mejor de la temporada.
Dicho todo lo que tenía que decir, tan solo me resta confiar en que la línea argumental del psiquiátrico no se limite a la premiere, sino que se prolongue al menos durante un considerable trecho de la temporada, porque a nivel personal la considero el principal aliciente a la hora de aguardar la llegada de la 6ª. Y fiándonos de este impagable tráiler, apunta a que así será:
Promo de la 6ª temporada:
What happens when the doctor becomes the patient? En septiembre... la respuesta, aunque también sea en inglés.