Si bien la semana pasada enunciaba que el cariñoy la nostalgia son las dos doctrinas que rigen hoy por hoy la decisión de los espectadores de continuar viendo esta serie, esta semana me veo en mi obligación de retractarme: "
El efecto mascletá", capítulo que en esta ocasión ha caído en miércoles, ha evidenciado aun más este hecho, pero también ha demostrado que no es la motivación exclusiva de los seguidores, pues 'LHDP' aun tienen buen material que ofrecer.
El episodio de ayer fue una apelación a la calidad, que más allá de las tramas, por primera vez en mucho tiempo coherentes en el contexto de la serie, nos deleitó con unas interpretaciones sublimes por parte de la mayoría del reparto. No obstante, también existieron leves matices negativos que restaron valor a esta jugosa obra de arte.
Hablemos pues de "El efecto mascletá", que paradójicamente, aun sin verdaderos fuegos artificiales, ha hecho mucho más ruido del esperado.
Ayer vi un capítulo de 'Los hombres de Paco'. Cierto es que esa cotidiana afirmación se puede emplear
cada miércoles, jueves, o el día que se tercie según la semana, pero, por lo menos en mi caso, hacía tiempo que no podía proclamar esa declaración sin sentir que estaba escupiendo una mentira piadosa, quizás por mí, quizás por el resto.
La 5ª temporada llevaba tiempo solicitando a gritos un capítulo como este, que la consagrase como una etapa más dentro de la estructura general de la serie, y por fin se lo han otorgado, aunque sea con cierto retraso.
Nos deleitaron con una trama que se desarrollaba con fluidez, que ni se estancó en ningún momento ni ofreció tregua al espectador; giros de tuerca y golpes de efecto interesantes, emotivos y necesarios; un trhiller enfermizo y metódico que no se había observado desde mediados del Caso Káiser... entre otras muchas cosas.
La intriga, aunque leve, y las tramas policiacas potentes se añoraban desde hacía muchos episodios, pero en este, combinadas con destreza con ese característico humor negro, casi con el mismo talento que demotraron a lo largo de la 3ª temporada, han resultado una pieza fundamental e imprescindible.
El argumento ha sido inusitadamente detallista, rebosante de cruces útiles entre personajes, a su vez cada uno en el rol oportuno dentro del esquema, y todos ellos encajados con precisión en el mosaico general. Definitivamente, tras tanto tiempo reclamándolo, cada uno de los agentes (salvo Aitor ocasionalmente) está en el dichoso lugar que le corresponde.
Además, las puntuales tramas personales son empleadas como un viaconducto para la policiaca, un vehículo en el que poder trasladarla y regular determinados momentos, o en ocasiones un relajado salvanpantallas para descargar la palpable tensión que ha emanado todo el capítulo, y no al contrario, como se acostumbraba a venir haciendo últimamente, donde los casos se veían eclipsados por las relaciones, principalmente amorosas.
Pero, restántole importancia a todo lo anterior, el valor de este capítulo 98 radica en que las apariciones estuvieron estrictamente medidas y repartidas, estando, por primera vez en mucho tiempo, protagonizado por el protagonista. Paco Miranda fue el responsable y acaparador de la mayoría de elogios lanzados y por lanzar a "El efecto mascletá". Este ha sido el hecho que me ha permitido ver con ojos esperanzados el capítulo, con la sensación de que por fin las piezas estaban encajadas donde debían.
Ya en la proyección de la portentosa escena de apertura, que incita desde el primer momento al devoramiento masivo de uñas, sentí que nos encontrábamos ante una joya guionística. Y contra todo pronóstico, no me equivoqué.
¿Fue entonces todo tan perfecto? Evidentemente,
no. Existieron varios flecos que, enfocados como estuvieron, consiguieron mermar la optimista percepción que recopilamos en torno al episodio.
Y sí, hablo del hecho de que Paco y Mariano fuesen relegados una vez más a recurrentes herramientas para sembrar desgracia a su alrededor, ¿o es que no hubiese resultado sumamente más provechoso que fuese alguno de los niembros de Asuntos Internos quien disparase a Aitor? Por más que insistan, no tolero que se magnifiquen y evidencien los defectos y caracteres negativos de estos dos personajes para que contrasten frente a las exacerbadas virtudes del becario.
Por otro lado, también me disgusta la espontanea y lacónica fascinación que don Lorenzo parece profesar por Aitor Carrasco, quien hasta hace escasos días no era para él nada más que otro mero ganso.
Si obviamos estos dos pormenores, lo cual es fácil dado que el disparo de Mariano fue aprovechado para propiciar además el mejor momento del episodio, y que incluso el milimétricamente perfecto becario cometió más de una imprudencia, nos encontramos con una crucialmente inmejorable cuajada de sensaciones y vivencias paqueras, que en su conjunto componen uno de los capítulos con derecho a engrosar el listado de visionado obligatorio.
Mención especial para el... llamémosle "tributo", con el fin de no difamar a Globomedia, a la serie '24'. Si bien 'Los hombres de Paco' ya había emulado el formato temporal que rige esa ficción en más de una ocasión, ayer resultó más evidente que nunca, ya fuese por las constantes divisiones de pantalla o la intermitente presencia de la cuenta atrás desgranándose y mostrándose en los momentos de mayor tensión o mención. Esto ratifica que los guionistas de 'Los hombres de Paco' tienen en esta serie una emblemática fuente de inspiración y que ha obrado cierta influencia en las tramas policiacas, pues de hecho, a lo largo de 5 temporadas, acumulan más de una escena de acción calcada a las de susodicha serie.
'24' y 'LHDP'... almas gemelas
Interpretaciones:
Este es el primer capítulo desde hace demasiado tiempo en que otro actor logra imponerse sobre Juan Diego (don Lorenzo), el maestro por excelencia de la serie. Pero ayer Fernando Cayo (Inspector Trujillo) alcanzó esa meta, habitualmente inquebrantable. Me reafirmo en mi criterio de la semana pasada al verificar que Trujillo es uno de los secundarios más interesantes y provechosos con los que ha contado la serie, y un obstáculo muy jugoso para el desarrollo de las tramas policiacas. Tanto él como Fernando Cayo son la mejor incorporación de la 5ª temporada sin lugar a dudas.
Siguiendo por otras vertienes, la mayor parte del elenco ha estado radiante, en un capítulo en el que todo el reparto ha tenido la oportunidad de demostrar su valía. Aun así, destacaron notablemente Carlos Santos (Povedilla), Paco Tous (Paco), Pepón Nieto (Mariano), Marián Aguilera (Silvia) y Neus Sanz (Rita), ordenados siguiendo una secuencia descendente. Fede Celada (Curtis) también llevó a cabo un papel encomiable, aunque en otras ocasiones se le ha visto brillar con mucha más luz. Enrique Martínez (Kike) y Jimmy de Castro (Nelson), el cual ni siquiera dispuso de diálogo, apenas tuvieron ocasiones para lucirse, pero en los escasos momentos en los que se las concedieron supieron captar la suficiente atención.
Por otro lado, querría comentar el hecho de que Michelle Jenner había alcanzado un grado interpretativo muy superior al comienzo de esta temporada, cuando su personaje estaba extraordinariamente ubicado como sustituto de Lola y consejera oficial de la comisaría, pero se ha percibido un descenso pulatino con el paso de los capítulos, soberanamente en los últimos. ¿Puede achacarse este descenso en su calidad de actuación a que el personaje que interpreta está siendo sometido a una decadencia prácticamente idéntica, remontándola a sus orígenes e ignorando su evolución a lo largo de 5 temporadas?
Los 5 mejores momentos de "El efecto mascletá":
De no ser por la omnipresencia de Aitor en los últimos capítulos, esta habría sido la temporada de Curtis. Siempre fue un personaje tenido en cuenta por el público sensato de la serie, pero no ha sido hasta ahora cuando se le ha concedido un protagonismo superior. Desde un primer momento, teniamos la certeza de que las intentonas de Curtis para seducir a Pepa no darían ningún resultado, pero tmbién sabiamos que nos proporcionarían grandes situaciones como esta. Tras haber comprendido que no tiene nada que hacer, y que ha estado viviendo en su propia ilusión, el policía, a modo de disculpa y redimisión personal, acude a Pepa y "corta" tajantemente la esperpéntica relación que existe entre ambos, siendo entonces cuando la hermana de Paco comprende lo que ha dejado escapar.
Este capítulo reafirma la posición de que los policías de San Antonio son afines a su deber, pero siempre están dispuestos a anteponer por encima de este el compañerismo. Sin embargo, esta doctrina es difícilmente extendible a Montoya, el agente con más proyección del cuerpo. No obstante, Gonzalo también tiene su límite, y cuando Trujillo se mostró dispuesto a peligrar la vida de Rita con el fin de detener a Aitor, no dudó en manifestar su oposición, argumentando acerca de la variopinta amistad que se vive entre los miembros de la comisaría, y robándole al inspector de Asuntos Internos el único punto de apoyo que conservaba en la comisaría. En los próximos capítulos veremos nacer y engordar una tensión muy arisca entre ambas facciones.
El hecho de no terminar con el plano de Sara, tras haber sacado a Aitor de la casa de Rita a punta de pistola, fue uno de los eventos que más me satisfizo del capítulo. Tras el incorporeo apagón, reaparece la luz y nos muestra un helicóptero, probablemente donde llevan retenidos a Paco y Mariano. Acto seguido, en el puente donde ha tenido lugar el tiroteo entran en escena don Lorenzo y el resto de disidentes que se han unido a su investigación paralela. Esta escena, aunque no imprescindible, supone un regalo para todos aquellos que vemos 'LHDP' por muchas más cosas que una insignificante pareja, y nos sugiere, además de que el futuro de Miranda y Moreno es muy oscuro, que el comisario y su improvisada patrulla serán los únicos que podrá optar a rescatarles.
2º
Una caja de sorpresas:
Al grito de "¡Quieto todo el mundo!", Povedilla irrumpe del interior del paquete de residuos reciclables en la que se había refugiado y protagoniza uno de los momentos más cómicos del episodio, en primer lugar revelándose como un fanático defensor del rericlaje y posteriormente al requerir de las indicaciones de su propio objetivo para apuntarle correctamente. Una entremezcla de humor y tensión, entrelazadas con precisión y atenuadas por las majestuosas interpretaciones de Fernando Cayo y Carlos Santos, requeridas por la situación. La sádica entereza que muestra Trujillo, inmutable ante la amenaza de la muerte, logró someter a Povedilla aprovechándose de sus debilidades. Conseguido su objetivo, en el rostro del inspector se dibuja una mueca de aparente disfrute, que complementa a su contiguo grito "¡Arréstenlo!", que denota la crueldad que puede (y podrá) alcanzar este personaje.
Cierto es que, desde mi minoría, prefiero a los otros miembros de la patrulla (Curtis, Kike y Rita) sobre Povedilla, pero ayer este fue junto a Paco y Trujillo el personaje con los mejores guiones, demostrando una vez más que es un elemento fundamental de la serie.
Un Mariano decididamente consternado y un Paco rotundamente desesperado han alcanzado su destino. Solo el espectador conoce (cree conocer) cuál será el desenlace del intercambio. Pero realmente, lo que nos había predispuesto a digerir este momento no era un adelanto de la hipotética muerte de Nelson, si no la voz en off de Paco. Cuando todo parece perdido, y el fallecimiento de este personaje ya se apunta como evidencia, descubrimos que la bala perdida de Mariano provocó efectos secundarios, además de la herida a Aitor: el dispositivo que activaría la mascletá se había inhabilitado. Los pensamientos de Paco, el cruce de miradas entre él y Mariano, ambos con el rostro compugnido, la martilleante banda sonora, que acompaña cada movimiento con precisión atómica, las soberbias interpretaciones de Paco y Pepón... y el descubrimiento de que lo que es, en realidad no es, se conjuraron para hacer de esta la escena culminante del capítulo y, si se me permite el atrevimiento, una de las mejores de toda la serie.
El avance, que combina un batido de escenas recicladas del avance "LA RESURRECCIÓN" junto a otras inéditas, invita a soñar que la calidad del próximo se mantendrá al nivel que en este.
Los incrédulos deberían comenzar a concienciarse ante la perspectiva de que nos espera una recta final atronadora.
Espero con ferviente ansiedad la estampa de Paco y Mariano viviendo de cabeza para arriba y el regreso de Blackman.
Conclusión:
Con el acceso denegado a las dudas, "El efecto mascletá" ha sido el mejor capítulo de los 19 que ya cumula la presente 5ª temporada. Una escenografía cuidada meticulosamente cuidada, un acompañamiento musical que siempre se encarga de avivar cualquier momento, y un elenco que, aun desestabilizado por los cismas, prosigue siendo lo mejor de la serie.
No voy a consentir que se me catalogue en la "Enciclopedia de tontos del culo", bautizada así por Paco, al fantasear con unos capítulos maravillosos que pueden no llegar a ser tal cosa, pues la principal lección que un espectador aprende de 'LHDP' es que las expectativas solo crean decepciones.
A propósito, si es cierto que la trama de la camorra se prolongará a lo largo de otros 6 capítulos, es necesario que inviertan en misterios e intriga cuanto antes, pues aunque la acción y el trhiller fueron más que suficiente para sustentar el capítulo 98, a la larga requeriremos de otros alicientes con más sabor, y que susciten el interés del espectador a lo largo de toda una semana.
Para clausurar el artículo, quiero reconocer que hacía mucho tiempo, incluyendo los capítulos de la 4ª temporada, que un episodio no me hacía sentir las mismas emociones que el de ayer.
"El efecto mascletá" es el detonante que ha conseguido devolverme la fe. Desafortunadamente, la fe acostumbra a ser sinónimo de ignorancia...