Cocina kamikaze

Tras un periodo estival escaso en cuanto a noticias y estrenos televisivos, exceptuando la exitosa "Chiringuito de Pepe" y "Todo va bien" o el fracasado "El pueblo más divertido", las cadenas de televisión pusieron toda la carne en el asador la semana pasada y harán lo propio esta semana con sus nuevos programas y series de televisión.

El primero de los programas que ya me tiene enganchada es "Top Chef 2". Suelen decir que segundas partes nunca fueron buenas, pero en este caso el concurso gastronómico ha vuelto con concursantes singulares y cargado de sorpresas.

La primera sorpresa es la ausencia del chef Ángel León, un juez justo, que según revelan en la web del programa culinario "seguirá vinculado" al espacio. De hecho, quienes ayer vísteis el programa pudísteis comprobar que visitará a los jueces y a los concursantes la próxima semana. Su sustituto, Yayo Daporta, me ha sorprendido gratamente con unas valoraciones ajustadas y sin decantarse claramente por ningún concursante de momento.

Junto a Susi Díaz y Alberto Chicote sorprendieron al espectador la semana pasada con un maratón de cocina en el que Honorato sudó la chaquetilla y se quedó fuera por los pelos. Un hecho que anoche se subsanó en detrimento de Joaquín, que no acertó con su plato de bacalao y lentejas, y en beneficio del propio Honorato, quien fiel a sus ideas presentó un plato de bacalao con tres tipos de salsas diferentes. Había amenazado con hacer cuatro tipos y finalmente se contuvo y se quedó en tres, con la debida advertencia de Susi Díaz de que no es necesario ofrecer una variedad tan amplia, sino elegir un sólo producto y presentarlo de forma atractiva y gustosa.

Titulo este primer post de la temporada "Cocina kamikaze" en honor a Carlos, ese cocinero extremo que me exaspera. No pongo en duda que sea muy creativo y que, tal vez, algún día llegue a ser un genio como Ferrán Adriá, pero me parecen intolerables los comentarios despectivos que realiza sobre sus compañeros. Entiendo que, probablemente, los directores de casting del programa lo hayan seleccionado tanto por sus dotes como chef como por su carisma o capacidad de crear polémica y decir lo que piensa sin pudor. Sin embargo, creo que hay límites y que no procede menospreciar a sus compañeros y referirse a sus creaciones como "basura" entre otras lindezas.

Sobre todo, cuando él mismo se vuelve loco al no encontrar los productos en el almacén o cuando no sabe pelar unas simples patatas, aduciendo que esa es una labor de stagiers (cocineros en prácticas, en este caso).

En el avance de la próxima semana se ve cómo tendrá un encontronazo con su rival Marc. Espero que, como parece, los jueces les den un serio toque de atención para que no se comporten como en un patio de colegio. Si no es así, no tienen más que irse por donde llegaron al concurso y dejar paso a otro participantes que se quedaron fuera o a las puertas.

Antes de terminar el análisis sobre el arranque de "Top Chef 2", no puedo dejar de comentar que me gustó mucho el homenaje a los hortelanos. Retirar las hortalizas y verduras directamente de los campos y preparar con ellas unos suculentos platos, algunos ciertamente escasos en cuanto a cantidad, debió ser una gran experiencia tanto para los participantes como para los comensales. ¿Qué cara habrán puesto algunos de ellos al ver que Carlos había añadido tierra al aceite con el que su equipo aderezó su plato?

La próxima semana los concursantes cocinará en Santiago de Compostela y parece que el pulpo será uno de los ingredientes imprescindibles en sus platos. Como hija de una gallega estoy encantada y deseando ver sus genialidades.

Tras la llegada de Honorato, me pregunto si volverá otro concursante que se no superó el maratón culinario para enfrentarse en la "Última oportunidad" a los participantes oficiales. En caso afirmativo, ¿con qué sorprenderán Irina y los gemelos?