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'Black Mirror' sigue siendo rompedora en su segunda temporada

Martes 26 de Febrero de 2013 18:27
 

'Black Mirror' lo ha vuelto a hacer. La serie de Charlie Brooker que mediante historias hipotéticas e independientes critica la revolución tecnológica y de medios que nos ha tocado vivir, ha sabido mantener estupendamente la línea en su segunda temporada, sin dejar de sorprendernos y con la capacidad de conseguir que nos sigamos preguntando si todo esto se nos ha ido demasiado de las manos o si, por el contrario, jamás llegaremos a los estrambóticos límites que se plantean en sus capítulos.

'Black Mirror' sigue siendo rompedora en su segunda temporada

Salvando las distancias, las tres historias vuelven a tocar los mismos temas que el año pasado: ¿puede un invento tecnológico cambiarnos nuestra vida por completo?, ¿estamos atados a una sociedad que simplemente se dedica a obedecer unas normas? o ¿qué papel pueden jugar las redes sociales en la clase política? Aunque todas ellas lo hacen desde otro caso diferente, lo que hace generarnos preguntas diferentes.

A partir de aquí hay detalles sobre los episodios de la segunda temporada, así que si aún no los has visto y quieres llegar virgen a ello, recomiendo que no sigas leyendo.

¿Usarías una herramienta para no tener que aceptar la muerte?

La primera historia, "Be Right Back", plantea la resurrección gracias a una nueva tecnología. Ash (Domhnall Gleeson) es un hombre que vive atontado por el enganchado al móvil, con él sigue todas las noticias, comparte fotos..., en definitiva, que muestra más interés por la vida virtual que por la física, algo que no acaba de sentar demasiado bien a su pareja, Martha (Hayley Atwell). Un buen día, y a causa del maldito teléfono, Ash muere y es entonces cuando comienzan a plantearnos las dudas. Martha descubre una herramienta que le permite no tener que aceptar la muerte, un programa que mediante la huella que una persona deja en sus diversas redes sociales es capaz de responder mensajes e incluso mantener conversaciones de voz con respuestas similares a las que daría el fallecido. Aunque la historia todavía va más allá, la joven se hace con un robot que actúa tal y como se comportaba su amante. En un inicio parece fantástico, morir ya no equivale a desaparecer, gracias a las tecnologías Martha consigue llenar ese hueco.

'Black Mirror' sigue siendo rompedora en su segunda temporada

Pero no todo es tan perfecto, pues al tener incorporados solamente los datos relativos a las redes sociales, su comportamiento en situaciones que se salen de la felicidad distan mucho de la realidad. Ahí el episodio destaca otra gran verdad, el mundo virtual es mucho más feliz que el físico, allí todos somos maravillosos, muy optimistas (las redes principales como Twitter y Facebook nos permiten indicar que algo nos gusta con sus botones de "Favorito" o "Me gusta", pero no nos permite indicar que algo no nos gusta) y vivimos sin broncas, algo que poco tiene que ver con nuestro día a día, quizá por no querer ofender a nadie o tratar de quedar bien con todos, nos forjamos el "Yo virtual", una versión de nosotros mucho más moderada.

Hay que tener en cuenta que gracias a las tecnologías, en cierto modo todos los que andamos por las redes seremos inmortales, pues a pesar de haber muerto, nuestros tuits, estados de Facebook o vídeos que hayamos colgado, permanecerán para la posteridad, es algo que ya está pasando y seguramente por eso hay cosas que nos guardamos para nosotros mismos y preferimos no compartir por ahí. Todos hemos vivido la muerte de un familiar cercano, es algo natural y seguramente ver a diario a una persona de la que eres consciente que está muerta, perjudica al proceso de la aceptación de la muerte y el sufrimiento por su perdida es mucho mayor. ¿Llegaremos al día en el que la tecnología consiga reemplazarnos a todos?

¿Participarías en torturar mediáticamente a un asesino?

El segundo episodio, "White Bear", arranca con Victoria (Lenora Crichlow, 'Being Human'), una mujer desorientada que despierta con fuertes dolores de cabeza. Sus únicos recuerdos: pequeños flashes sobre una niña que parece ser su hija. Pese a tratar de obtener alguna respuesta, todas las personas que se cruzan en su camino se limitan a grabarla con su teléfono móvil. También aparecen personas disfrazadas y armadas que se dedican a perseguirla. La única ayuda que encuentra en el camino es la de Jem (Tuppence Middleton), quien explica que las personas armadas que las persiguen son "cazadores" que se han hecho con el poder y que la gente que anda por ahí grabando es su audiencia. Por ello le propone llegar hasta "White Bear", la estación de transmisión de la zona. Después de un angustioso día de viaje, ambas llegan hasta allí donde descubrimos que todo lo visto hasta ahora ha sido una macroperformance protagonizada -sin saberlo- por Victoria, culpable del secuestro y asesinato de una niña. En un escenario final en el que ve quién es y ante un público que no duda en gritar "asesina" mientras sigue grabando con el móvil. Pero aquí no acaba la cosa, hay que dejar todo listo para el próximo pase, ésta es la condena a la que diariamente va a ser sometida Victoria, como si de una obra de teatro permaneciera de por vida en cartel. Una condena mucho más terrible que la silla eléctrica.

'Black Mirror' sigue siendo rompedora en su segunda temporada

Sin darse cuenta, la gran parte de la gente que durante la actuación sólo se dedica a grabar, fuera de ella se comporta igual, actuando como un rebaño de ovejas que se dedica a acatar las órdenes recibidas, sin plantearse absolutamente nada. La máxima "lo que hace la mayoría es lo correcto" es uno de los grandes errores en el que a lo largo de nuestras vidas todos hemos cometido.

Yo, que por casualidades de la vida conocí a un asesino que fue muy mediático en su día, creo que la tortura que se muestra ahí no dista mucho de la que sufren algunas personas en nuestro país que ya han cumplido su condena. ¿Es que estas personas ya no pueden volver a tener vida? ¿Tienen que quedarse encerrados en casa para no ser señalados por la calle? Considero que si una persona ya ha cumplido su condena, no debería hacerse ningún circo mediático y me parece terrible la bola que han hecho con algunos casos los medios de prensa escrita y algunas cadenas de televisión que se han dedicado a realizar especiales sobre personas que ya han saldado sus cuentas con la justicia. Con esto no estoy defendiendo a ningún asesino, todos ellos deben cumplir con la condena que se les haya impuesto, además, tampoco creo que sea correcto y dice mucho de su moral todos los que aceptan acudir a un programa de televisión al ser tentados por ofertas económicas de cinco cifras.

¿Votarías a un dibujo animado en unas elecciones?

El tercer y último capítulo, "The Waldo Moment", vuelve a la clase política que tan buen sabor de boca dejó en el primer episodio de la serie. Waldo es un dibujo animado al que pone voz y controla en directo Jamie Salter (Daniel Rigby). Este oso azul sin pelos en la lengua colabora en un programa de éxito en el que entrevista -mientras se ríe de ellos- a personajes públicos. Tal es el éxito de este obsceno personaje que la cadena se plantea darle un programa propio, por ello encarga un piloto. Como el factor sorpresa ya se ha perdido, pues todo el mundo conoce las salidas de Waldo, se barajan varias opciones entre las cuales se opta por presentar a Waldo a las elecciones para ser miembro parlamentario. Poco a poco la broma va ganando fuerza y Waldo va abriéndose hueco al responder a los políticos con insultos y ser directo con ellos, hay un gran descontento y desinterés por la política y parte de la población prefiere votar a un candidato ficticio, independiente y sin ningún tipo de programa, antes que a cualquier otro. El monigote acude a debates electorales y es entrevistado durante su carrera política. Viendo que la broma llega demasiado lejos, Jamie opta por abandonar, aunque la cadena no, por lo que Waldo acaba presentándose a las elecciones controlado por otra persona. ¿No son muchas veces los políticos simples marionetas? Aunque no consigue vencer en sus primeras elecciones, finalmente el oso azul termina haciéndose con el control mundial, convirtiéndose en el mayor tirano y populista de la historia, a pesar de no haber existido nunca.

'Black Mirror' sigue siendo rompedora en su segunda temporada

Jamás hay que tomarse la política en clave de humor, pues al votar estamos poniendo nuestro futuro en sus manos, antes de votar tenemos que saber bien a qué estamos votando y no dejándonos llevar por fenómenos sociales ni campañas virales que circulan por internet. Se hace menos daño no yendo a votar, que votando a candidaturas sin sentido. Al votar a algo que en el fondo no existe, no sabemos con qué podemos encontrarnos cuando suba al poder, quizá estemos votando a un régimen totalitario sin saberlo, por lo que no hay que jugar con la política. Si estamos descontentos con todos los políticos que hay en el poder, no debemos cargarnos la política, sino dar nuestro voto hacia otras opciones.

Al ver este capítulo rápidamente me ha venido a la cabeza Eva Hache, quien junto a su equipo de 'Noche Hache' formó el partido Hache con la intención de participar en las Elecciones Generales de 2008. Afortunadamente, al darse cuenta de que gracias al fenómeno social de su programa podrían obtener un diputado, decidieron retirar su candidatura tres días antes de los comicios. Pero esta no es la única similitud que he encontrado con la realidad, precisamente estos días ha habido elecciones en Italia en las cuales el cómico Beppe Grillo ha obtenido muy buenos datos a pesar de contar con un discurso muy desconcertante.

La segunda temporada llega a España de la mano del canal TNT el próximo lunes 4 de marzo a las 22:15h. Imagino que, al igual que la primera, podrá disfrutarse próximamente en abierto en Cuatro.

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