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The Neverending Story

Lunes 23 de Enero de 2012 19:34
 

¿La historia está de moda? Un apresurado repaso de la programación de las diversas cadenas generalistas arroja no menos de media docena de series televisivas de ambientación más o menos histórica. Al reciente estreno de Toledo en A3 se sumará en breve Isabel, la nueva apuesta de ficción de TVE1 que narra la vida y obras de la famosa monarca castellana, pero no son los únicos ejemplos: volviendo la vista atrás encontramos títulos como Amar en tiempos revueltos, Aguila Roja, Hispania o Gran Hotel, entre otras, que con mayor o menor éxito han despertado el interés del público durante los últimos años.

Alguien menos escéptico que un servidor podría llegar a la conclusión de que los españoles hemos redescubierto una olvidada pasión por la historia y sus protagonistas, pero mucho me temo que los tiros vayan por otro lado. Más bien, los guionistas han descubierto que trasladar los tópicos y esquemas recurrentes del culebrón clásico (amores imposibles, malos malísimos, secundarios cómicos, intrigas y conspiraciones, etc.) a los seriales históricos funciona, al igual que la mixtura de géneros que ha dado como resultado híbridos tan curiosos como la ya citada Aguila Roja, en la que podemos encontrar a un samurai disfrazado de Batman pegando brincos por los tejados del Madrid del s. XVII. En el caso de Isabel, no falta quien la compare con Los Tudor y otras series de ambientación histórica similares que se caracterizan por sus contenidos más explícitos y adultos, algo que a juzgar por los diversos trailer que hemos podido visionar hasta la fecha parece bastante probable, aunque habrá que esperar a ver la primera temporada para poder opinar al respecto.

Vaya por delante que hasta cierto punto esta reinterpretación lúdica del pasado es lógica. La historia en sí misma puede ser muy árida, en especial para el gran público, por lo que no es de extrañar que el cine y la TV la "adornen" para hacerla más atractiva; el problema es que en ocasiones se pasan de rosca y al final cualquier parecido con la realidad sea pura coincidencia, tal y como le ocurrió a Piratas o le puede terminar pasando a Toledo, que va camino de convertirse en una involuntaria parodia de sí misma. Curiosamente, el rigor histórico no es algo que sea del interés del público en general, que a la hora de engancharse a una de estas series valora más el atractivo de sus protagonistas unido a un cierto erotismo light y los giros argumentales a cual más emocionante e inverosimil. ¿Logrará escapar Isabel de este esquema y dignificar un poco el género? Sinceramente espero que sí, pero como se suele decir - y aquí más a propósito que nunca - esa será otra historia.

¿Ha llegado el momento del cambio?

Domingo 15 de Enero de 2012 19:01
 

Reconozco que cuando me senté a escribir para actualizar este blog tenía varías ideas en la cabeza y al final he acabado decantándome por la menos atractiva de ellas, pero que en cierto modo está de rabiosa actualidad, tal y como atestiguan los testimonios de diversos actores y cineastas que durante las últimas semanas se han mostrado preocupados por el futuro del régimen de subvenciones al cine en España. Una preocupación que no es del todo infundada, ya que los cambios de gobierno suelen traer aparejados consigo cambios en las políticas culturales y por otro lado en esta época de crisis y masivos recortes económicos que atacan a los pilares mismos del Estado del Bienestar (como pueden ser la Educación y la Sanidad) es casi inevitable que la industria cinematográfica se vea afectada aunque sea de refilón.

Antes de seguir adelante conviene que repasemos un par de puntos básicos. En España hay dos tipos de subvenciones, las previas que como su nombre indica son las que se conceden para ayudar al rodaje del filme, y las posteriores, que se reciben después del estreno y varían en función de la taquilla. Se trata este de un tema (el de las ayudas económicas al cine) que siempre ha levantado polvareda y provocado enconadas discusiones entre los partidarios y los detractores del mismo. Sin embargo, el recrudecimiento de la crisis unido a los recientes escándalos relacionados con la concesión irregular de este tipo de ayudas han contribuido a dibujar un panorama más sombrío, mientras que las recientes declaraciones del nuevo ministro del ramo acerca de la necesidad de recuperar la "subvención de la cultura, en vez de la cultura de la subvención" no han servido precisamente para calmar los ánimos del sector. En cualquier caso, es probable que durante las próximas semanas se anuncien novedades determinantes para el futuro de la industría en nuestro país.

Para que quede claro vaya por delante que no tengo nada en contra de las ayudas económicas al mundo de la cultura - en general - y al del cine, en particular. Gracias a ello se pueden rodar muchas buenas películas que de otra manera se habrían quedado para siempre en el cajón de los proyectos olvidados. Sin embargo, no menos cierto es que en otras ocasiones también se tira el dinero en proyectos infames, cuando no se ruedan largometrajes con el único y exclusivo fin de cobrar la subvención. Pongamos que durante el pasado año 2011 se rodaron en España unas 150 películas: ¿cuántas de ellas se han estrenado en cines? ¿cuánto tiempo han durado en pantalla? ¿cuántas se han editado en DVD o cualquier otro formato? Verdad es que el problema en sí es mucho más complejo, pero por eso mismo no habría que permitir que la crisis sirviese como excusa para liquidar el sistema, sino en todo caso para reformarlo y que fuese mejor y más eficaz, al tiempo que guionistas y cineastas deberían hacer un mayor esfuerzo por conectar con los intereses del público y evitar así usar las subvenciones como muletas para rodar películas que luego a la postre no tienen repercusión alguna más allá de engordar el curriculum de sus responsables. No será fácil y exigirá algunos sacrificios, pero el viaje más largo, como se suele decir, comienza con un simple paso.

Halloween/2

Domingo 30 de Octubre de 2011 21:50
 

- ¿Y has venido solo?

- No, estoy con unos amigos.

- Que no, tonto. Que si has venido con Daniela.

- Ah, no. Esta de visita con su familia.

- ¿En serio? ¡Qué pena! Con lo que a ella le gustan las fiestas de disfraces...

¿Eh? ¿Gustarle a Daniela los disfraces? ¿Hablábamos de la misma persona? ¡Pero si la única vez que le insinué que se disfrazase como la princesa Leia en El retorno del Jedi para una inocente fantasía sexual casi me había arrancado la oreja derecha de un guantazo! Todavía hoy noto un zumbido molesto en ese oido, como si tuviese un moscardón atrapado dentro.

- Pues ya ves... me temo que esta se la ha perdido - repliqué, mientras repasaba mentalmente la galería fotográfica de amigas de Daniela, intentando ponerle nombre a la chica misteriosa, pero debajo de todo aquel maquillaje podía ser cualquiera.

- Ella se lo pierde. ¿Te apetece bailar? - me preguntó, uniendo la acción a las palabras y agarrándose a mi cintura para no perder la vertical. A esa distancia su aliento olía a una mezcla letal de cerveza, vodka, orujo de hierbas y varios licores más que no pude identificar. Probablemente ya tenía más alcohol que sangre en vena. Intenté salir del paso como un buen caballero español: corriendo en pelotas con la ropa en una mano y los zapatos en la otra.

- Luego. Ahora tengo que salir a mover el coche, que está en doble fila.

- Vale. Tespero - farfulló, con lengua de trapo, mientras se alejaba camino del baño con cara de ir a devolver hasta los intestinos. O tal vez era el maquillaje, que sé yo. Pensé que ya habría agotado mi cupo de pesados del día, pero apenas había dado dos pasos cuando me tropecé con un tipo vestido de forma estrafalaria que llevaba bajo el brazo una caja de cartón tuneada como una típica cabina de teléfonos británica.

- ¡Hola! ¿Dónde se ha metido mi hermana?

- ¿Tu hermana? - repetí, confuso.

- Si, la chica disfrazada de zombi con la que estabas hablando hace un momento.

- ¡Ah! Creo que ha ido al servicio - expliqué, haciendo un vago gesto con la mano hacia atrás.

- Vale. ¡Muchas gracias, tío! - replicó, dándome una palmada en el hombro al tiempo que se encaminaba en esa dirección, pero antes de perderlo de vista entre el bullicio no pude evitar preguntarle:

- Oye, colega, ¿Y tú de qué vas disfrazado?

- ¿Es que no se nota? ¡Del doctor Who, por supuesto! - exclamó, orgulloso, mientras exhibía la caja-cabina como si fuera un trofeo.

- Sí, no cabe duda de que sois familia.

- ¿Perdona?

- Nada, colega. Disfruta de la fiesta - me despedí, más pesimista que nunca con respecto al género humano, pero consolándome con la idea de que, después de todo, la Madre Naturaleza era sabia y lo más probable era que el acervo genético de aquellos dos desapareciera con ellos.

Halloween/1

Domingo 30 de Octubre de 2011 21:40
 

Personalmente, nunca he sido un gran fan de Halloween. Para empezar, porque es una fiesta anglosajona que aquí en los países latinos no tiene mucha tradición; y en segundo lugar porque la idea de un grupo de adultos disfrazándose de mamarrachos para emborracharse a ver si pillan cacho me resulta muy deprimente. A título personal reconozco que soy un poco sociopata, y que he descubierto que el secreto para llevarse bien con la gente es permanecer lo más lejos posible de ella. Pero a veces hay compromisos ineludibles, como cuando los impresentables de tus amigos se apuntan a uno de estos saraos con la oculta (pero evidente) intención de tirarle los tejos a las camareras disfrazadas de vampiresas.

Siguiendo con las confesiones, la última vez que me disfracé fue cuando mis padres me pusieron a la fuerza el traje de la primera comunión. De hecho, durante las fiestas de Carnaval del trabajo suelo esconderme en algún rincón con un pack de seis botellas de cerveza hasta que termina el jolgorio y si alguien al día siguiente me pregunta de qué me había disfrazado, suelo responder: "De hombre invisible; y si no me viste, es que funciona". Sin embargo, en esta ocasión el recurso de la invisibilidad no me sirvió de nada y me encontré allí metido rodeado de brujas, vampiros, momias, zombies y toda clase de fauna salida de un relato de Tim Powers.

Rapidamente me hice con una botella de Sol mientras buscaba con la mirada el rincón más vacío del local para sentarme a disfrutarla con tranquilidad, pero cuando me dirigía hacia allí fui interceptado por una chica vestida y maquillada como un extra de La noche de los muertos vivientes.

- ¡Has venido!

- Pues sí - fue la única respuesta que se me ocurrió a un comentario tan brillante como aquel, pero a ella no pareció importarle: dió una vuelta completa sobre sí misma para que la pudiese admirar desde todos los ángulos al tiempo que me preguntaba:

- ¿Qué te parece? ¿Qué tal estoy?

Menuda pregunta. ¿Cuál es el cumplido correcto cuándo vas disfrazado de zombi: "Te ves genial" o "Estás hecha un asco"? Ni idea, así que opté por un prudente término medio.

- Te queda que ni pintado.

- ¡Muchas gracias! ¿Y tu de qué vas disfrazado?

Evidentemente, la agudeza visual no era una de las virtudes de mi interlocutora.

- ¿Viste la primera de "Scream"? Pues voy de uno de los tíos que mueren hacia el final de la película.

- ¿En serio? ¡Qué chulo! Pues te queda genial.

Por Dios, que se lo ha creido, me dije a mi mismo mientras intentaba averiguar con quien estaba hablando y de qué la conocía. ¿Compañera de trabajo? ¿Amiga? ¿Amiga de mi pareja? ¿Ex-novia? ¿Ex-ligue? ¡Menudo marrón! Decidí que lo mejor sería dejarla hablar (cosa que se le daba muy bien) a ver si me daba alguna pista.

Todas las canciones de amor hablan sobre ti

Viernes 26 de Agosto de 2011 00:17
 

La banda sonora es una parte tan fundamental de una serie de televisión como el argumento, el atrezzo o el vestuario. En ese sentido, cualquier seguidor de Los Pacos no podrá dejar de estar de acuerdo en que la música era una de sus señas de identidad fundamentales, y que esta tuvo siempre una presencia importante a lo largo de la serie, ya fuese a base de diversos números musicales (o incluso episodios enteros) o por los conciertos que grupos como Pignoise o Pol 3-14 celebraban en el bar Los Cachis, lugar de reunión habitual de la familia Miranda y del personal de la comisaria de San Antonio.

Como detalle curioso, muchos de los temas musicales de la B.S.O. fueron interpretados por los propios actores protagonistas. Michelle Jenner, en concreto, colaboró en varias canciones como es el caso de la mítica "Nada que perder", una canción compuesta por Mikel Erentxun y Alex Pina para la cabecera de la serie, e interpretada por el grupo Pignoise con el acompañamiento en el estribillo de la propia Michelle. Un tema que pudimos escuchar, además, en el capítulo 14 de Los Pacos durante un concierto del grupo en el bar Los Cachis. Con posterioridad, la actriz volvió a prestar su voz en temas como "Cada día", en el capítulo 47, durante la boda de Rita y Povedilla; o en los coros de la canción "Agradecido", que Curtis interpreta cuando se está muriendo en el hospital, durante el episodio 54. Aunque quizás la canción más recordada de la serie sea "Me gusta así", que Sara le dedica a Lucas en el episodio 78 de la misma. Un tema pegadizo y romántico compuesto por Robert Ramirez, autor de otros títulos de éxito de Los hombres de Paco como "I see", que sonaba de fondo durante la escena de la lluvia de Lucas y Sara (capítulo 24), o "All the stars", en la que Aitor recrea con una manguera la lluvia para Sara (cap. 52). A título anecdótico, hay dos versiones de "Me gusta así"; una rápida y más cañera y otra lenta (unplugged), con acompañamiento a la guitarra de Freddi Marugan.

Además de cantar, Michelle y sus compañeros nos demostraron en la serie que también eran unos destacados bailarines, en varios episodios de contenido musical donde pudimos verles representar diversas coreografias y emulando, con notable soltura, a Olivia Newton-John y John Travolta en episodios como el numero 36 o el 54, una faceta esta (la de bailarina) que la actriz también ha desempeñado en diversos videoclips musicales como "In your mind" de Anggun. Destacar que muchas de las canciones y videoclips mencionados hasta ahora se pueden encontrar en la banda sonora de la serie, comercializada en el 2008 por Globomedia S.A. y que abarca las cinco primeras temporadas de Los Pacos. Con posterioridad la productora intentó recuperar ese espíritu inicial con nuevos temas interpretados por el grupo Pol 3-14 que no tuvieron el mismo éxito entre los aficionados que los ya comentados. No poca gente, aun hoy en día, cede a la nostalgía de escuchar estas y otras canciones amén de usarlas como fondo musical para sus fan-videos en Youtube. Y es que como bien sabía Humphrey Bogart, hay canciones que marcan un momento para siempre. Tócala otra vez, Sam. Si ella pudo soportarla, yo también.

Rutina

Domingo 7 de Agosto de 2011 18:07
 

(Primer plano de juna pareja sentada en su sofa. Ella mira la televisión, aburrida, mientras que él juega con su PSP portable).

ELLA: Ya nunca hacemos nada.

ÉL: ¿Por qué lo dices?

ELLA: Antes nos pasábamos el día fuera de casa y casi no volviamos ni para dormir. Y ahora no hay forma de despegarte de este sofá.

ÉL: Podemos hacer lo que tú quieras. ¿Qué te apetece?

ELLA: No sé. Dame ideas.

ÉL: Podemos mirar la cartelera e ir al cine.

ELLA: Sí claro, cambiar el sofá de casa por la butaca del cine. Además no echan nada que merezca la pena. Y encima está carísimo.

ÉL: ¿Prefieres ir a cenar? ¿Te apetece comida china?

ELLA: ¡Puagh! (arrugando el ceño). Que asco. Tú si que sabes como impresionar a una chica.

ÉL: Vale, pues di tú un sitio.

ELLA: Me da igual. No tengo hambre.

ÉL: ¿Por qué no quedamos con David y Sara? Igual les apetece echar una partida a la Wii.

ELLA: No trago a ese amigo tuyo. Siempre me está mirando el culo cuando piensa que no me doy cuenta.

ÉL: ¿Qué tiene eso de malo? Yo también lo hago.

ELLA: (Falsamente escandalizada) ¡No seas tonto! Entonces, ¿todavía te gusta mi culo?

ÉL: Claro que sí, cariño.

ELLA: (Poniéndose en pie para estudiar mejor su reflejo en el espejo) ¿De verdad crees que está bien? ¿No lo tengo demasiado gordo?

ÉL: Para nada. Tienes un culo perfecto.

ELLA: ¿En serio? Tú nunca me engañarías al respecto, ¿verdad?

ÉL: Nunca jamás. Te lo juro por lo más sagrado (responde él, solemne, cruzando los dedos de la mano derecha de manera que ella no pueda darse cuenta).

ELLA: (desplomándose de nuevo en el sofá y agarrándose al brazo de él) Que horror. Ya somos como nuestros padres. Estamos acabados. Nuestra vida entera es pura rutina.

ÉL: La rutina tampoco es tan mala. Tiene un no sé qué confortable. Además prefiero pasar el tiempo aquí contigo que sólo ahí fuera. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

ELLA: (sonriendo) Eres un idiota.

ÉL: Lo sé. Pero te quiero.

ELLA: Y yo a tí (replica ella, comenzando a besarle en el cuello, mientras le quita la PSP de entre las manos).

ÉL: ¿Qué pasa? ¿Ya no quieres salir?

ELLA: No. Lo que tengo pensado es mejor hacerlo aquí...

El final es el principio del final (3)

Martes 2 de Agosto de 2011 21:01
 

Revisionar la última temporada de Los Hombres de Paco (la denostada versión 666) produce un efecto similar a embarcarse en el último viaje del Titanic: todo es espléndido y lujoso, pero en el aire flota esa sensación de fatalidad de quien sabe que va camino de irse a pique tras chocar contra un iceberg, eso sí, mientras la orquesta sigue en cubierta tocando hasta el último momento del naufragio. Y es que pese a todos los esfuerzos de Pina, Ecija y el resto de guionistas por mantener los antaño elevados niveles de audiencia con nuevos personajes y situaciones, amén de un tono más oscuro y milenarista, la serie estaba tocada de muerte. Si la retirada de Hugo Silva la dejó malherida, la ausencia de Michelle Jenner fue la estocada final que la remató, aunque (justo es decirlo) no todo era tan malo como se empeñan en denunciar sus detractores: simplemente, ya no era lo mismo. O tal vez esa sea la clave: para mucha gente esta última temporada es algo ajeno al universo de Los Pacos, aunque sigan apareciendo algunos de los protagonistas recurrentes, y la propia Michelle regresase embarazada (en la ficción) en un esfuerzo por cerrar algunas de las tramas pendientes. Por eso todavía hoy muchos seguidores de la serie tienen esa sensación de que falta algo, de "final en falso", y lamentan que una serie que supuso tanto en sus vidas no tuviese una digna conclusión. El problema surje a la hora de plantear cual hubiera sido el final más adecuado: ¿el último capítulo de la cuarta temporada? (según la clasificación de FTV) ¿un episodio especial de mayor duración? ¿una película para la gran pantalla? ¿todas las anteriores o ninguna de ellas? Poco importa porque la historia - nos guste o no - ya esta escrita y no se puede cambiar. Menos los fans, que seguimos llorando y anclados en el pasado, todos los demás (actores y guionistas) han pasado página y se dedican a otras cosas: Hugo Silva no contempla volver a ser Lucas Fernández, al igual que Michelle Jenner cada vez se aleja más de Sara Miranda y su rol como "Lolita adolescente". Otra cosa es que en nuestra cabeza nos los imaginemos juntos y felices, en Madagascar, los EEUU o donde sea, disfrutando de ese "Happy End" que no pudieron tener en su momento.

No tengo el gusto de conocer al denostado Sr. Pina, pero en más de una ocasión me lo he imaginado imitando al actor William Shatner durante aquella convención de ciencia-ficción en la cual el mítico capitán de la nave estelar Enterprise perdió los nervios e increpó al público presente gritando: "¡Por el amor de Dios, madurad, sólo era una maldita serie de televisión!". Pero claro, es que para sus fieles seguidores Los Pacos era mucho más que una serie; era una parte fundamental de sus vidas, hasta el punto de que muchos de ellos (y ellas) organizaban animados debates y se tiraban los trastos a la cabeza discutiendo si Sarita hacia mejor pareja con Lucas o Aitor; si Michelle y Hugo mantenían una relación sentimental secreta o no; o si la historia de Pepa y Silvia era más romántica y divertida que las antedichas. Pero puede que Pina tenga razón. Nunca nos olvidaremos de San Antonio, Paco, Lucas, Mariano, Lola, Sarita y el resto de la pandilla, pero la vida continua, y tal vez haya llegado el momento de imitar al resto del mundo y seguir adelante. Crescit eundo. Como se suele decir, siempre nos quedarán el DVD y nuestros recuerdos (al menos, mientras nuestra memoria no nos traicione). O tal vez este equivocado, que sé yo. Después de todo solo soy otro fan triste y nostálgico, como Antonio Vega, y no tengo respuestas, sólo preguntas y más preguntas. Buenas noches y hasta pronto. No cambien de canal. Volvemos después de la publicidad.

Michelle Jenner y el rostro del Miedo

Jueves 7 de Julio de 2011 09:53
 

No cabe duda de que la sonrisa entre juvenil y cordial de Michelle Jenner es una de sus señas de identidad más características. Sin embargo, para el rodaje de No tengas miedo su realizador, Montxo Armendáriz, la animó precisamente a que evitase sonreir a lo largo de casi todo el metraje del filme, intentando en cambio dar vida a su personaje (Silvia) a través de su expresión melancólica y su mirada de desamparo; todo un reto interpretativo del que la actriz ha salido airosa, puesto que a estas alturas nadie duda que uno de los puntos fuertes de la película es, precisamente, la magistral recreación que esta hace de una joven víctima de abusos sexuales desde la infancia por parte de su propio padre, al que da vida con no menos talento el también actor Lluis Homar. Una historia dura y llena de aristas que Armendáriz plasma sobre el celuloide con una contención admirable, sin caer en el morbo facil o en el folletín sentimentaloide pese a lo cual (o más bien gracias a) no resulta menos sobrecogedora.

Es dificil destacar una escena por encima de las demás en una película imprescindible de principio a final, pero quizás lo más memorable de la misma tras su visionado sean esos largos planos secuencia en los que la protagonista deambula por las calles de su ciudad haciendo tiempo para no tener que regresar a su casa y enfrentarse así a su progenitor. A mayor abundamiento, todos sus intentos por escapar a su destino parecen condenados al fracaso ante la reticencia de su padre a separarse de "su princesa", por un lado, y la indiferencia cómplice de una madre (Belén Rueda) que no sólo no tiene ningún reparo en abandonar a su propia hija en semejante situación sino que además se niega a creerla cuando esta se decide por fin a revelarle la aterradora verdad.

Así las cosas, Silvia aprovecha cualquier excusa (estudios, ensayos musicales, visitas a su madre o reuniones fictícias con sus amigas) para ausentarse de su domicilio. En su silencioso vagar sin rumbo por la ciudad intuimos buena parte del miedo y la angustia existencial que acompañan a Silvia y que cristalizan en el fallido intento de suicidio al arrojarse del taxi. En una inversión siniestra de valores, lo cotidiano se vuelve aterrador y la ciudad pasa de ser un entorno acogedor a convertirse en un laberinto del que es imposible huir y en el que la protagonista parece condenada a regresar una y otra vez junto a su abusador; mientras que la residencia familiar, lejos de ser un refugio, supone la expresión última del infierno del que Silvia intenta - infructuosamente - liberarse sin conseguirlo hasta el final del filme cuando, tras enfrentarse a sus miedos y a su atormentador cara a cara, Silvia decide tomar las riendas de su existencia y empezar una nueva vida.

Para muchas personas, acostumbradas a una Michelle más alegre y jovial, este filme puede haber supuesto todo un revulsivo. La actriz deja atrás su faceta como "Lolita adolescente" (como ella misma se definía en una entrevista reciente para el Magazine de el diario El Mundo) para bordar con matrícula de honor su salto a la madurez profesional en un papel que le puede suponer una nominación a los Goyas del 2012. Todo un logro para aquella jovencita que ya desde niña soñaba con ser actriz y que con tan sólo 24 años se ha convertido ya en toda una estrella por méritos propios.

Armendáriz y el clamor del silencio

Martes 28 de Junio de 2011 14:44
 

Reconozco que tenía muchas ganas de ver No tengas miedo. No solo por mi reconocida admiración hacia su realizador (el gran Montxo Armendáriz) así como hacia su intérprete (la bellísima Michelle Jenner), sino también porque la película se atrevía a abordar con valentía una situación tan difícil como incómoda (socialmente hablando) en nuestro país como es la de los abusos sexuales a menores, a veces incluso desde dentro del propio ámbito familiar. Un tema del que no gusta hablar - por lo escabroso del mismo - pero que está ahí, y no va a desaparecer por mirar hacia otro lado. Al contrario, el silencio sólo beneficia a los abusadores, mientras que perjudica a las víctimas, al tiempo que nos convierte a todos en cómplices - involuntarios, pero cómplices al fin y al cabo - de esta lamentable realidad. De ahí el mérito y la valentia de sacar adelante un proyecto como este y más en estos tiempos que corren, en los que la gente (en general) y los espectadores (en particular) buscan más bien evadirse de la realidad con historias más intrascendentes o con "happy end" edulcorado, aunque sea metido con calzador.

No tengas miedo se estrenó en toda España el pasado día 29 de abril después de una intensa campaña publicitaria a través de diversos medios (carteles, prensa, televisión, etc.) y haciendo especial hincapié en Internet y en la redes sociales como Facebook. Por desgracia, "En toda España" no significa necesariamente "En todos y cada uno de los cines del territorio nacional", pese al interés de las asociaciones de víctimas de abusos (y de los propios responsables del filme) porque este tuviese la máxima difusión. En principio, 80 fueron las copias distribuidas para intentar llegar en la medida de lo posible a la mayor cantidad de espectadores, aunque por pura lógica aritmética hay ciudades e incluso provincias dónde todavía no se ha proyectado. En Gijón, por ejemplo, (una ciudad de unos 277.000 habitantes) la película tan sólo se estrenó en una modesta sala de los cines San Agustín dónde apenas permaneció un par de semanas en pantalla, mientras que en muchas localidades - o incluso provincias - aun permanece inédita. En este blog ya hemos comentado en ocasiones anteriores el divorcio que parece existir entre el cine nacional y su público que afecta de rebote a la distribución y exhibición de las películas, ya que en esta época de crisis los cines prefieren apostar por caballo ganador, o sea, por películas que (en teoría) den buen resultado en taquilla (desde su siempre muy discutible punto de vista). Por fortuna, Armendáriz es un director solvente que cuenta con el respaldo de una legión de fieles incondicionales que aguardan cada uno de sus proyectos como agua de mayo, y a mayor abundamiento los resultados del primer fin de semana de exhibición fueron muy positivos, situándose la película entre las 10 más taquilleras, resultados aun más meritorios si tenemos en cuenta que su estreno coincidió con el de otros títulos mucho más - en teoría - "populares", como Thor o A todo gas 5. Sin embargo el buen hacer de Armendáriz y la excelente interpretación de Michelle Jenner, por un lado, y la intensa campaña publicitaria unida a la influencia del boca a boca a través de Internet y demás canales por otro, parecen haber despertado el interés del público en general, demostrando así que el buen cine de autor, hecho con pasión y cariño, puede hacerse un hueco en pantalla incluso en un momento tan difícil como el presente. No es descabellado pues suponer que al abrigo del éxito la película se mantenga más tiempo del esperado en las salas de cine e incluso que las copias roten llegando así a más y más espectadores.

En este sentido cabe destacar que No tengas miedo ha sido presentada hace poco en el prestigioso festival de cine de Karlovy Vary mientras que la edición en DVD de la misma se anuncia para el próximo agosto, dos factores añadidos que pueden contribuir a su éxito y difusión en beneficio tanto de la propia Michelle (cuyo nombre suena con fuerza como candidata a los Goyas del 2012 por su magistral interpretación de Silvia) como de todas las víctimas de abusos que pueden sentirse representadas - y reivindicadas - a través de este filme ejemplar llamado a convertirse en obra de referencia obligada en la materia y un nuevo éxito en el ya brillante palmarés de su realizador. Esperemos que así sea - estoy seguro de ello - y que este y otros proyectos similares sirvan para concienciarnos a todos del problema y contribuir así a erradicar esta terrible lacra de nuestra sociedad.

Café para dos /2

Domingo 15 de Mayo de 2011 15:39
 

Es curioso como las personas nos dejamos llevar por la inercia y las más de las veces somos incapaces de reconocer lo que tenemos delante de nuestras narices hasta que dejamos de tenerlo. Tuve que ausentarme unos días de Madrid por motivos personales y a la vuelta ella ya no estaba. Al principio pensé que había cambiado de turno o se había cogido vacaciones, pero cuando al cabo de unos días reuní el valor suficiente para preguntarle a una de sus compañeras, ésta me dijo que ya no trabajaba ahí, y que no tenían ni idea de por dónde andaba.

Intenté retomar mi rutina cotidiana, pero algo había cambiado. El apartamento seguía cayéndoseme encima, pero ya no encontraba tanto placer en bajar al Starbuck's a estudiar. Lo que antaño era acogedor y reconfortante ahora me resultaba incómodo: había demasiada gente, demasiado ruido, e incluso el café parecía más insípido que de costumbre. Me llevó algún tiempo darme cuenta de que el problema no eran el local, ni la gente o el café. El problema era yo mismo, o más bien, la ausencia de Irenka. Ella era la que hacía que todo fuera mágico, diferente y especial y yo - ahora lo sabía - estaba total y completamente enamorado de ella, pero lo había descubierto cuando ya era demasiado tarde. Como escribí más arriba, somos incapaces de reconocer lo que tenemos delante de nuestras narices hasta que un día dejamos de tenerlo.

Comencé a dar largos paseos por la ciudad, sumido en mis pensamientos mientras escuchaba música a todo volumen a través de los auriculares de mi Walkman Sony (sí, aquello que usábamos cuando no había reproductores MP3; así de viejo soy). Sin embargo, pronto descubrí que no me iba a resultar tan fácil sacarme a Irenka de la cabeza: ¿alguna vez os habéis fijado cuántos Starbuck's hay en Madrid? ¿O cuántas personas pasean tomándose un café por la calle? Era como si el universo entero se hubiese conjurado para que todo me recordara a ella.

Algún tiempo después sentí la necesidad de volver a visitar el Starbuck's. Tal vez fuera nostalgia, o simplemente masoquismo puro y duro, qué sé yo. Pero me apetecía volver a sentarme en el mismo sillón y tomar un café en recuerdo de lo que pudo haber sido y no fue. Por desgracia, mi sitio habitual estaba ocupado por una chica que leía un libro de Patricia Highsmith. Me quedé ahí parado, en seco, con una pinta más estúpida de lo habitual mientras musitaba una torpe disculpa y buscaba otra mesa con la mirada. Entonces ella levantó los ojos del libro y me dijo, con aquella voz tan dulce y familiar que ya no esperaba volver a oír:

- Puedes sentarte conmigo, si quieres. Me sobra una silla.

- Hola - tartamudeé, en un alarde de ingenio verbal - Perdona. Yo... no te había reconocido a este lado de la barra.

- Y sin el uniforme. Tú en cambio estás igual. Un poco más delgado. ¿Te estás dejando barba?

- Sí. Digo, no. Es que he andado un poco liado...

Me senté enfrente de ella mientras mi cerebro procesaba a toda prisa un millón de frases adecuadas y las descartaba con la misma rapidez, pero antes de que pudiese abrir la boca de nuevo Irenka cerró el libro y se inclinó para decirme, casi al oído:

- Tengo que confesarte un secreto, pero me da corte hacerlo. Prométeme que vas a ser un caballero y pienses lo que pienses, no te vas a reír.

- ¡Claro! Palabra de boy-scout - asentí, sinceramente intrigado.

- No estoy aquí por casualidad. Llevo viniendo todos los días a la misma hora desde hace una semana para ver si coincidíamos, pero la verdad, ya estaba a punto de darme por vencida.

Volviendo la vista atrás, ese parecía un buen momento para una réplica aguda e ingeniosa, al estilo de las de Jack Nicholson en "Chinatown"; pero mi boca fue más rápida que mi cabeza y me sorprendí a mí mismo diciendo:

- Ya que estamos en plan de revelar secretos te confesaré qué, en realidad, nunca he venido por el café...

Nos quedamos mirándonos en silencio durante unos interminables segundos, tan cerca el uno del otro que podía percibir como su flequillo oscilaba al ritmo de mi respiración. Y entonces, ella me dedicó la sonrisa más hermosa que una chica me haya dirigido jamás, y fue como si la primavera misma entrase por la puerta del local y todo a nuestro alrededor - la luz, los colores, su rostro - cobrase una nueva y mágica dimensión. Así que hice lo único que parecía tener sentido en ese momento y la besé. Estábamos rodeados de clientes, pero es lo bueno que tiene Madrid: la gente no se sorprende por nada, y todo el mundo va a lo suyo, así que nadie reparó en nosotros cuando nos fuimos, dejando nuestros cafés intactos sobre la mesa, como únicos testigos silenciosos de que alguna vez habíamos estado ahí.

Café para dos / 1

Domingo 15 de Mayo de 2011 15:35
 

Todos quienes me conocen desde hace tiempo saben que soy un adicto del café de Starbuck's, pero muy pocos conocen la verdadera historia detrás de la historia. Todo empezó hace unos quince años, cuando me trasladé a Madrid desde mi Asturias natal para preparar las oposiciones a profesor de Secundaria. Durante mi estancia en la capital me alojaba en un pequeño pero confortable apartamento, propiedad de unos parientes, situado al principio de la calle Orense, desde el cual tenía unas preciosas vistas de la Castellana, del Corte Inglés de la zona y de la torre Windsor (sí, la que ardió hasta los cimientos de forma misteriosa varios años después. Yo no tuve nada que ver con el incendio: lo juro. En ese momento ya no vivía ahí). Como alojamiento estaba bien, aunque a medida que avanzaba el día se me hacía un poco estrecho y me cansaba de estar ahí encerrado, así que solía coger los apuntes y bajar a dar un paseo y tomar algo en el Starbuck's de la esquina. La verdad es que el sitio era poco más grande que el apartamento en sí, pero el ambiente era muy agradable, los sillones confortables, y el café merecía la pena. Y luego estaba Irenka.

- Qué nombre más bonito - comenté, cortésmente, la primera vez que me atendió en la barra.

- ¿Te gusta? Es la forma polaca de Irene, que viene del griego "Eirene" y significa Paz - me respondió, dedicándome una sonrisa tan hermosa como ella misma.

- Ah, ¿eres polaca? - pregunté, más que nada para poder seguir charlando con ella.

- No, italiana. De Nápoles. Pero mi padre sí es polaco, aunque lleva viviendo en Italia desde que tenía diecinueve años.

- ¿En serio? ¡Que mezcla más exótica! Pues hablas genial el castellano. Casi no se te nota nada de acento.

- ¡Que amable! Muchas gracias - musitó a media voz, desviando la mirada con timidez mientras me tendía mi Moka praliné. Más adelante descubrí que había venido a España con una beca Erasmus de intercambio y que una vez aquí había decidido quedarse un par de años más para perfeccionar el idioma. Día a día, café a café, nos íbamos poniendo al corriente de nuestras respectivas vidas y de nuestras peripecias por la capital. Al fin y al cabo, los dos éramos forasteros en tierra extraña. En ocasiones podíamos charlar hasta cinco minutos seguidos sin que nadie nos interrumpiese, pero la mayoría de las ocasiones teníamos que limitarnos a intercambiar un cálido saludo junto con el pedido.

Mi sitio favorito era una mesa con butacón cerca de la entrada y al lado de la cristalera, desde la cual tenía a la vez una estupenda vista de la calle así como del mostrador, y más de una vez me sorprendía a mí mismo buscando con la mirada la grácil silueta de Irenka mientras se movía por el local. Otras veces era ella la que se acercaba a saludarme con cualquier excusa (pasar el paño, o recoger la mesa) y continuar la conversación ahí dónde la habíamos dejado.

- Uf. No entiendo cómo puedes meterte todo eso en la cabeza - decía, señalando hacia la ingente montaña de apuntes.

- Te confesaré un secreto: sólo me estudio la mitad, y después rezo para que la mayoría de las preguntas sean de los temas que he preparado.

- ¡Venga ya! No te creo. Tienes demasiada pinta de empollón.

- Sí, claro. Todos los que usamos gafas somos unos genios. Ya podía - replicaba yo, con sorna, mientras mis ojos acariciaban con vida propia la delicada arquitectura de su rostro.

(Continuará)

El final es el principio del final (2)

Martes 5 de Abril de 2011 00:20
 

Allá por el 2007 Hugo Silva decidió retirarse de Los hombres de Paco; una decisión valiente pero arriesgada, teniendo en cuenta que tras unos comienzos titubeantes, la serie pasaba por su mejor momento, y su personaje era uno de los puntales fundamentales de la misma. Sin embargo el actor quería aprovechar el buen momento profesional por el que pasaba para asentar de una vez por todas su carrera cinematográfica con títulos como El hombre de arena (2007), Agallas (2009), Mentiras y gordas (2009) o Que se mueran los feos (2010).

Silva no fue el primero en dejar el barco: la gran actriz Adriana Ozores se le adelantó por poco. Sin embargo, en su caso los guionistas lograron salir airosos de la situación haciendo que su personaje se separase de Paco y se fuese a vivir a Barcelona. La marcha de Adriana Ozores pasó casi desapercibida frente al revuelo popular y mediático que causó la de su compañero en la serie, aunque no faltó quien - como yo mismo - la echase en falta. Y es que para mí Los Pacos no era sólo la historia de amor de Sara y Lucas (con todo lo bonita y adictiva que esta era) sino un auténtico microcosmos de personajes a cual más interesante e interconectados entre sí. Todos y cada uno de ellos me aportaron algo y Lola no era una excepción: su relación con Paco me hacia soñar que las familias perfectas si podian existir, y que el amor y la pasión no se agotaban con el tiempo. Para mí, su separación fue el principio del fin, el aviso de todos los desastres que estaban por venir. Pero no nos anticipemos.

El anuncio de Silva si debió caer como un jarro de agua fria en Globomedia y en A3. No en vano el suyo era unos de los tres protagonistas principales de Los Pacos (junto con Paco y Mariano) y su relación erótico-sentimental con Sara (Michelle Jenner) era en opinión de muchos, la auténtica columna vertebral de la serie (aunque a mi esta idea siempre me ha parecido un reduccionismo impropio de una gran producción como esta, repleta de buenos actores y de momentos inolvidables, pero que quieren, a la postre todos llevamos un pequeño romántico dentro). Al final, los responsables de la casa lograron que el actor aceptase una retirada paulatina de la serie, lo que obligó a los guionistas a devanarse los seos para justificar sus cada vez más prolongadas ausencias en la misma: que si estaba oculto y fuera de la ley; que si había tenido que fingir su propia muerte; o por fin tener que irse a los EEUU como Coordinador Nacional de las Fuerzas Especiales del CNI tras su boda con Sara en el episodio nº 79 ("Tiroteo nupcial"). Para mantener el interés romántico y darle un punto extra de emoción a la trama, los guionistas decidieron resucitar el viejo triangulo Lucas-Sara-Aitor, preparando el terreno para que este último pudiese ser un relevo sentimental a la altura de Hugo Silva, una idea que no fue del agrado de los aficionados más integristas y que ha dado pie a un enconado enfrentamiento que todavía hoy se mantiene en diversas páginas web y foros como los de Fórmula TV. Los partidarios de Mario acusan a Silva de ser un mal actor que huyó de la serie cansado de que intentasen enrollarle con una niñata mientras que a la pobre Michelle la tildan de "bizca" y "enchufada"; el otro bando, por su parte, le adjudica a Casas calificativos no menos ofensivos que aluden tanto a su físico como a su hipotética falta de talento profesional. Más de una vez al comentar que era seguidor de Los Pacos mi acompañante de turno me preguntaba a bocajarro:

- ¿Hugo o Mario?

A lo que yo respondía con un hilo de voz:

- No es por ofender, pero es que a mi no me van los tíos...

- Que no, imbecil. Que cual de los dos crees que hacia mejor pareja con Michelle.

- Hombre, pues yo. Pero como esa es una batalla que ya doy por perdida, la verdad es que no pienso mucho en ello -. Confesaba tímidamente un servidor, tras lo que solía tener que terminar de tomarme la copa a solas (¡Maldita espontaneidad!).

Para ser sinceros, había más de dos bandos en la contienda: pero esa es otra historia que contaremos en un par de días. Entretanto cuidense y sigan sacándole punta a las estacas, porque vamos a seguir hurgando en la herida y rompiendo tabues. Están avisados.

Sobre este blog...

Bitácora personal de Jon Bauluz, Fan hasta la médula de Michelle Jenner y el atlético de Madrid, autor diletante, trabajador impenitente, arqueólogo de lo popular, hombre de pocas palabras, grandes tristezas y grandes alegrías. Mis historias y mis recuerdos están aquí. Han llenado mis años, los años en que rehusé morirme. Y por eso mismo escribo, al mediodía o a las tres de la mañana. Para no estar muerto.
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