Rocío Carrasco las eclipsa a ellas

Ayer Rocío Carrasco estrenaba pinganillo en Hable con ellas y lo hizo sorprendiendo, al menos a servidor. Si hace siete días vi a una Rocío tímida y algo cohibida, ayer percibí todo lo contrario. Y es que después de terminar el programa lo tuve claro: han encontrado a la quinta. Me atrevo a afirmar que la hija de la más grande eclipsó al resto de sus compañeras, aunque últimamente esta no sería una tarea complicada. La espontaneidad de Rocío y su seguridad a la hora de preguntar, fueron ingredientes más que suficientes para desbancar a una Beatriz que no le gusta lo que hace, simplemente intenta dar lo que esperan de ella; y así, es muy difícil ofrecer una imagen que cautive al espectador. Ocurre lo mismo con Sandra Barneda, que parece estar perdida desde que esta aventura comenzó: lo mismo anuncia una promoción dándonos la bienvenida a De buena ley que se pierde en mitad de las entrevistas; y es que verla moderando juicios y hablando por las mañanas ha provocado que no la encuentre en un formato intimista como el del late de los lunes.

Luego está Alyson con una función bastante limitada (algo menos que la del representante de las redes sociales), que siempre logra sacarnos una sonrisa pero tampoco logra seducirnos, y es que a veces la guapa ¿presentadora? logra que te plantees su cometido en el programa: ¿Qué pinta ésta aquí?. Para terminar, la Paz Padilla de Hable con ellas: Yolanda Ramos, cuyos gestos y tonalidad de voz suelen ser idénticos cada vez que habla sea de lo que sea. Por todo lo anterior, celebro que Rocío haya llegado al plató; porque sinceramente, no esperaba encontrarme con una mujer; y es que ella era una niña cuando abandonó los focos y ha vuelto con una personalidad aplastante. Dejó muy atrás al resto de sus compañeras durante la entrevista a David Bustamante, el cual, estuvo simpatiquísimo y no dudo ni por un momento en defender a Kiko Rivera afirmando que la voz desafinada del dj era fruto de una jugada del cámara. Eso sí, lo dijo sin hacer leña del árbol caído y con una naturalidad que impide ganarse critica alguna. Rocío no se sintió achantada por ninguna de las chicas y lo demostró con creces, resultando toda una bocanada de aire fresco si la comparamos con esas risas de Beatriz que suelen resultar apocalípticas o con ese tono triste y en exceso sereno de Sandra Barneda; ¡Un poco de alegría, hija!, y sí, reconozco que pensaba que hoy me tocaría poner verde a la hija de Pedro Carrasco, pues estaba convencido de que lo haría peor que mal, pero me equivoqué.

Y es que mi único referente era su tediosa interpretación en ese pintoresco y a la vez divertido tenderete, y también su cuestionable labor como presentadora junto al Padre Apeles. Pues bien, el tiempo ha pasado y lo ha hecho en favor de la quinta de Hable con ellas, que ayer logró hacerse un hueco sin vender penas, como hacen algunos de su familia para seguir en el candelero.

Y no me despido de este post sin opinar también de él, del hombre que juega con ellas. Se supone que Ion Aramendi debe trasladar los comentarios de Twitter a los invitados, pero la realidad es que el chico no traslada absolutamente nada. No se si es él el que elige los tuits o si alguien le hace el trabajo, pero realmente la imagen que proyecta es la de un muermo inexpresivo que está de bulto en el programa; y no pretendo faltar el respeto al trabajo de nadie, que quede claro que únicamente opino como espectador, pero la verdad es que Ion no encuentra su sitio simplemente porque no lo tiene. Y lo peor es, cuando no tienes un sitio pero tampoco peleas para hacerte con él, y Ion no pelea; hecho que demuestra la gran sabiduría del famoso refrán de zapatero a tus zapatos: no es lo mismo ser reportero, que te editas y quedas monísimo, que dar juego en un plató de televisión. Y juego, lo que se dice juego, Ion no ofrece ni un poquito.