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Tras las cortinas de Downton Abbey

Martes 12 de Abril de 2011 00:10
 

A veces da gusto toparse con una producción no subvencionada por las arcas estadounidenses, que consigue abrirse camino entre las superproducciones del país norteamericano y se cuela incluso en casa del enemigo. Este es el caso de Downton Abbey, una serie que está disfrutando de un éxito absoluto más allá de las fronteras británicas, donde fue concebida por la productora Carnival Films, y lo hace a velocidad de crucero.

El Castillo de Highclere, en Hampshire, con su estilo victoriano, luce perfecto en su cometido de escenario principal, habiéndose utilizado para el rodaje de exteriores y la mayoría de interiores, reforzando la veracidad de este relato visual. Dicho castillo perteneció, entre otros, a Lord Carnarvon, quien financió la expedición que descubrió la tumba de Tuntankamon y que, posteriormente, dio pie a la leyenda de su maldición, con lo extraño de su muerte. Al parecer, el proyecto ya destilaba cierta magia desde sus cimientos. No podía fallar.

Si yo fuera Vasile

Viernes 25 de Marzo de 2011 19:39
 

Mi padre odia a Belén Esteban y a Telecinco. No soporta que sea la referencia mediática en las sobre mesas de cada día y que 'la princesa del pueblo' mantenga a tantísima gente enganchada a sus continuos 'vaivenes' familiares. Despotrica de su sueldo y despotrica también de quien se lo paga. Y es que mi padre, de 54 años y muy juvenil en algunas cosas, solo tiene tres programas en la televisión a los que le merece la pena dedicar tiempo: 'Saber y Ganar' –nadie puede abrir la boca mientras se emite-, 'El Intermedio' y 'La alquería blanca'. Mi madre, enfermera de profesión y con dos años menos en su haber, no. Ella es fiel a la descripción de 'espectador pasivo'. A ella le gusta sentarse, que la entretengan y ver programas 'rosa'. Es por eso que en muchas reuniones familiares aparece el debate, más que trillado, de la famosa telebasura. Precisamente es en estas ocasiones cuando mi padre suele referirse a 'La Esteban' como 'la tipa esa' y le dedica un extenso repertorio de piropos al medio para la que trabaja, impulsor de este tipo de formatos que detesta.

El otro día le hice una pregunta en medio de uno de los ya clásicos debates catódicos: ¿Y tú que harías si fueras presidente de Telecinco?¿O director de contenidos?¿O director de antena? Son las preguntas que me gustaría trasladar hoy a todo aquel que le apetezca comentar. Creo, además, que para ello hay que tener en cuenta algunos detalles de importancia.

Querida Mercedes...

Viernes 4 de Diciembre de 2009 01:02
 

Sinceramente, últimamente veo poca tele. Me refugio en la abundante cantidad de series de calidad que ocupan gran parte del tiempo que podría dedicar al televisor. Aún así sigo con atención, siempre que puedo, novedades y noticias de un mundo que desde pequeño me apasiona. No sé entonces por qué sigo viendo Gran Hermano. Supongo que la costumbre se impone a la razón en este sentido porque, realmente, a mitad de programa me encuentro con que estoy haciendo más caso a otra serie de cosas. Este año no puedo con Mercedes, lo siento, ya lo dejé claro en mi primera entrada. Y es que no comparto para nada su actitud, esta línea de opinión y subjetividad de lo que ella considera justo e injusto. Lo que le sale del bolo, vamos. No me sirve lo de que dice siempre lo que piensa, las cosas se dicen en las situaciones en que pueden ser dichas. Me apasiona la Mercedes de 'Diario de...', me causa un tremendo rechazo la del Gran Hermano (de este año, ojo).

Dicho esto, esta entrada no es más que para dar mi apoyo a una persona que ha enviado una carta a Mercedes Milá. De nick 'Profesecun' y, como muchos de nosotros, seguidora del programa, me parece muy coherente y con reflexiones cargadas de sentido. Dice en una de sus líneas que sus palabras nunca tendrán la misma repercusión que las de la presentadora de Gran Hermano y, por eso, quiero aportar mi granito de arena con el fin de acercaros opiniones construídas desde la experiencia y la reflexión. Ésta es la carta.

Aprendiendo de Lluis Bassat

Martes 20 de Octubre de 2009 14:42
 

Este pasado domingo me encontraba cenando en casa de mi abuela. Después, sentado en el sofá del comedor, mientras veía la tele esperando la siguiente tanda de publicidad para subirme a casa (vivimos a un solo piso de distancia), mi abuela interrumpió mi atención catódica y preguntó: ¿Eso qué es?¿Una película?. Sin darse cuenta había metido de repente a Lluis Bassat y los suyos en 'La Cueva'. Estaba viendo 'El Aprendiz'.

En realidad no le faltó razón. El recientemente estrenado programa de 'La Sexta' posee elementos técnicos que le aportan gran lucidez. Se distancia de algunos formatos parecidos tanto en su fotografía como en su medida puesta en escena. No es para menos. Al frente de la orquesta se encuentra el señor Lluis Basat, el empresario catalán dedicado al mundo de la publicidad en una de las empresas nacionales con mayor relevancia en el sector, responsable de conocidas campañas como la del famoso corderito de Norit. Sin duda, uno de los grandes impulsores de la personalidad ligada a la marca. Es por eso que no podemos extrañarnos de que, en muchas cosasiones durante cada emisión, apreciemos un exquisito gusto por el detalle. Me refiero a los más que interesantes momentos dentro del despacho y/o sala de reuniones. En él, predominan colores neutros, como el gris, que aporta seriedad y fríos azules con una luz limpia y filtrada, impidiendo el execso de calidez que podría repercutir negativamente en la tensión que suele vivirse en la sala. Una enorme mesa de juntas, pulcra, sin detalles ornamentales ni elementos de distracción, proporciona la importante separación física, a la par que psicológica, entre 'gerentes' y aspirantes. Además, la sencilla y suave banda sonora es una acertada compañera.

Sálvame: Genialidad premeditada

Miércoles 30 de Septiembre de 2009 00:23
 

Antes de comenzar, me gustaría lanzar un aviso para todos aquellos que ya tengan sus escopetas cargadas y listas para disparar. La entrada de hoy no es una apología de la telebasura, ni mucho menos, ni la cuestiono ni la critico. Me dispongo a desmenuzar, según reflexiones propias, las claves del triunfo de un formato en particular, de un programa en particular. Lo mío me ha costado. Es difícil escoger las palabras apropiadas para defender la parcialidad de mis pensamientos. Os invito a reflexionar conmigo y, por supuesto, opinar sobre el asunto. Que para eso estamos.

Al toparme con la aparición de 'Sálvame' en parrilla, rápidamente vinieron a mi cabeza analogías varias con sucedanios del 'tomate' tales como 'Las Gafas de Angelino' –qué poca vista tuvieron algunos pese a llevar las lentes puestas- o ¿Por qué no te callas? –cuya única originalidad residía en el nombre- . Lo hice desde la más completa ignorancia puesto que, sin verlo, me atreví a vaticinar un fracaso equiparable al de los anteriormente citados. Sorpresa la mía y lección de humildad, sinceramente. Sálvame se hizo hueco entre la vorágine de sobre mesa y acabó con las esperanzas que Ximo Rovira había puesto en aparecer más de un mes seguido en pantalla. Gracias a Dios que no opiné antes, me hubiera comido felizmente mis palabras. Fue entonces cuando me dispuse a analizar qué tiene 'Sálvame' que no tuvieran sus predecesores y, más aún, qué le hacía más atractivo que los ya más rodados que acabaron por cancelarse en otras cadenas.

Atisbos de prejuicios y dejadez en Zanahoria Milá

Jueves 24 de Septiembre de 2009 12:40
 

Me pasa una cosa muy curiosa con Mercedes Milá. Voy a rachas con ella y voy descubriendo que siempre según como se muestre en la pantalla. Me considero, incluso en cierto modo, asiduo a su blog. Pero el caso es que ayer volví a ver la Mercedes que casi desprecio. Por eso hoy entra en La Cueva, porque en la última gala de Gran Hermano pude apreciar ciertos detalles que me gustaría compartir con vosotros.

La cosa empezó ya desde el primer minuto. Lis, a la que muchos habían tachado ya de oportunista y de intentar vender su salida de la casa en algún programa previo pago, aparecía ayer con aspecto angelical frente a una Mercedes Milá contagiada por prejuicios forjados de las declaraciones en los últimos días de la ya 'exgranhermana', y vestida de zanahoria. Guapa, pero con un color calabaza que casi dañaba la vista, por cierto. Con la cara limpia, ojos tristes, pelo liso monjil y sin su tan apreciado sombrero, Lis comenzaba dando explicaciones sobre su premeditada salida de la casa, aquellas que no quiso dar el pasado domingo en el debate. Mercedes, escuchaba, respondía y preguntaba, siempre a un paso entre la empatía y la ironía, algo que no supe interpretar demasiado bien hasta que declaró de forma abierta sus intenciones. Fue en el momento en que Lis reprochaba a la dirección de Gran Hermano, el hecho de haber mostrado a los habitantes de la Casa Espía su acusación sobre la Ángela y Laura. Se defendió argumentando que estaba participando y ella no tenía previsto que las 'acusadas' se enteraran de su jugada, generando el mal rollo posterior por todos conocido. Y no le falta razón. Paréntesis y me explico.

Sobre este blog...

Inspirado en 'El mito de la caverna', de Platón, y en la 'Cueva del Áquila' a la que me gusta acudir con mis perros cada vez que hay tiempo y ganas. Como bien decía Platón, las sombras y siluetas que percibimos en el interior de una cueva no son más que distintas interpretaciones de una misma realidad. Tal y como pasa en un blog, en sus comentarios y en la subjetividad de las opiniones.
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