'Resurrection', un misterio más allá de la resurrección

La primera temporada de 'Resurrection' sirvió para presentar la idea de una serie que juega con una mezcla perfecta entre lo sobrenatural y el drama. A lo largo de los primeros ocho episodios supieron dar en la tecla de la lágrima fácil, pero esa carta ya está jugada, y ahora les toca renovarse para no caer en la monotonía, una tarea complicada teniendo en cuenta que se trata de una serie en la que a priori pueden dar pocos rodeos.

Marty Bellamy se postuló como el protagonista indiscutible de esta historia, un proyecto de héroe al que le quedó grande el papel de poli bueno y eficaz. Ahora Bellamy está involucrado del todo en la trama, antes de verano nos dejaron un cliffhanger que se va a ir descubriendo esta temporada. El misterioso agente también es un retornado, de repente 'Resurrection' se ha convertido en una serie en la que las conspiraciones son el eje de toda la trama, un giro inesperado que nos ha pillado de improviso a muchos espectadores.

A Marty siempre le ha faltado gancho como protagonista, quizás a partir de ahora con esta carga personal en la historia cobre algo de sentido su peso en la serie. No obstante, hay otras historias de fondo que siguen siendo más interesantes que el pasado de Bellamy o su relación con el ejército. En definitiva, 'Resurrection' ha pasado de ser un drama con tintes familiares a convertirse en una ficción enrevesada llena de intriga, o eso intenta.

Por si esto fuera poco, en Arcadia no dejan de llegar fantasmas del pasado, una de las mayores sorpresas ha sido la abuela de Jacob, que regresa para poner patas arriba a la familia. Los padres del niño no sienten gran afecto por ella, sobre todo Lucille, que tiene que soportar como su suegra reorganiza su vida, una vida ya suficientemente repleta de caos con la aparición del hijo que daban por muerto.

El cura de Arcadia sigue con su dilema a dos bandas, por una parte está la ex muerta y embarazada, y en el otro extremo la conservadora, pero cada vez más empática, esposa del predicador. Todas las miradas están en el feto de la ex del joven, a ver lo que puede salir de ahí. Atentos también a la mujer del Sheriff Langston, vinculada aún al ambiguo policía, que tan pronto nos venden como malo-malísimo de la historia, y minutos después le tratan de víctima por su duro pasado.

En el tercer episodio ponen más dudas sobre la mesa, unos huesos son descubiertos en el río que pasa por Arcadia, Marty está intrigado por esos cadáveres y teme que uno de ellos sea el suyo, por eso exige ver su cuerpo sin vida. La mujer que está al mando de esta enredada misión le chantajea, deja una puerta abierta a que Bellamy pueda ver su propio cadáver, siempre y cuando haga lo que ella le pide, mantenerse como infiltrado en Arcadia; mientras tanto, su relación con Maggie cada vez es más estrecha, y menos creíble.

No sabemos si el nuevo misterio sacado de la manga se podrá dilatar mucho, además no paran de salir muertos de todos los sitios, y personajes a los que deciden dar o quitar protagonismo según les venga en gana. Como la amiga camarera de Maggie o, de repente, los hermanos que viven juntos y se llevan a matar, nunca mejor dicho.

Las series de misterio deben estar bien llevadas para cogerlas con ganas y no perder el interés, algo que 'Resurrection' no está sabiendo hacer. En la segunda temporada tenían una oportunidad para volver a enganchar como hizo el piloto, pero se les ha ido de las manos y han ideado los guiones pensando en alargar la serie, y no en cerrar historias o dejar el listón alto.

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