El drama no se da un respiro en 'Anatomía de Grey'

Parece que ha llegado un punto en el que en 'Anatomía de Grey' ya solo consiguen captar la atención de los espectadores y de paso de los medios también recurriendo a la muerte o despedida trágica de algún personaje emblemático. A decir verdad, Shonda Rhimes, creadora de la serie, tampoco se ha mostrado escrupulosa a la hora de matar médicos, tanto los veteranos como los recién llegados corren el riesgo de palmarla antes de lo previsto.

La muerte de Derek ha marcado un antes y un después en 'Anatomía de Grey', ya han pasado a la historia aquellas tramas centradas en la infinita indecisión de la pareja, aunque también es cierto que los últimos años fueron bastante lineales para el matrimonio. Un verdadero coñazo. Quizás por eso no me haya parecido tan frustrante el adiós del médico, personalmente no le echaré de menos, y puede que su salida de 'Anatomía de Grey' permita a Meredith evolucionar y salir del estancamiento.

Es curioso que no se haya echado de menos a Cristina este año, al menos no en mi caso, por eso no me cabe duda que la muerte de Derek no va a ser determinante para el desarrollo de la ficción. 'Anatomía de Grey' es cada vez más coral, y la entrada de nuevos personajes es ya un ritual, de hecho en los últimos episodios llegan nuevos internos al hospital, ya veremos quién aguanta más, y quién menos.

Los fans de Calizona estamos de luto, pero esta vez no tiene nada que ver con el señor de la guadaña, sino con la pachorra de los guionista. Éstos han optado por ignorar a la pareja, dejando que sigan separadas, para desgracia de los que nos parece la pareja más adorable de la televisión actual. Ya que no van a mover ficha a corto plazo, al menos que les den libertad y cada una rehaga su vida con nuevos romances, o lo que sea, pero queremos ver más sobre ellas, principalmente de Arizona.

Jo y Alex también sufren un bache, pero estos me importan menos. Puede que la relación de Karev con Meredith haya sido la gota que colma el vaso, la joven pareja cada vez goza de menos privacidad, y con Meredith vagando por ahí con sus tres hijos, sus dramas personales y la mochila llamada Amelia, Jo se ha venido abajo y ha decidido poner aire entre ella y el pasotismo de Karev. Sinmás.

Amelia es un gran acierto en el elenco, mientras que Maggie me pace un tanto sosa, la hermana de Derek es un personaje potente, y seguro que da mucho que hablar. Ahora está como apegada de Meredith, porque claro, un sueldo de doctora no da para alquilar un pisito en Seattle...

Y el Doctor Webber se casa. Pereza. Y Baley puede llegar a ser jefa de algo en el Hospital, otra trama trillada. Una pena que Baley haya terminado siendo tan prescindible, con lo que ella fue...

Volviendo a la parejitas, Kepner y Avery pasan por su enésima crisis, después de aquel giro telenovelesco en la boda del año pasado, no parece que la pareja haya aprovechado esta nueva oportunidad. No obstante, es un gustazo ver a April con otra actitud, desde que perdió a su hijo no ha levantado cabeza, y se ha tenido que ir de misionera al extranjero para abrir los ojos y tener ganas de vivir, algo que le choca mucho a Avery, que ha tenido que estar esperándola en plan ermitaño, ante una incertidumbre que no le deseo a nadie. April sigue en su burbuja y quiere volver a irse, pero Jackson ya ha dicho que él no estará esperando, ¿qué quería esta pequeña caprichosa?

La temporada 11 hubiese sido una más si no llega a ser por la muerte inesperada de Sheperd, por eso insisto en que ha sido un acierto, y el episodio centrado en su accidente uno de los mejores de la serie. La reacción de Meredith y el tiempo de duelo o la manera en la que nos lo han mostrado ha sido ejemplar, ojalá todas las ficciones supieran reflejar este tipo de acontecimientos de este modo.

'Anatomía de Grey' está quemada, no hay duda, pero todavía sigue viva, y el equipo de Shonda es muy inteligente y sabe cuándo introducir un bombazo que nos deje con ganas de más, y algo así durante once años sin descanso tiene mérito. Felicidades.

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